Situado en la orilla suiza del lago Leman, ha sido el escenario de dos de los contactos mantenidos entre el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, y el cabecilla etarra Josu Ternera.
J.P., D.M.
08-11-2006-ABC
El único documento que recoge los compromisos del Gobierno y ETA para el desarrollo del proceso de negociación está guardado en una caja fuerte en la sede del Centro Henry Dunant en Suiza, según han revelado a ABC fuentes de toda solvencia. En este informe, del que sólo hay una copia, y no varias, para evitar filtraciones, están recogidas las tres fases del «proceso»: declaración de tregua, creación de las dos mesas negociadoras (la «política» y la «técnica») y aplicación de medidas para los presos de la banda.
Desde los primeros contactos exploratorios, el centro Henry Dunant, especializado en la mediación de conflictos internacionales, está teniendo un papel relevante en el llamado «proceso de paz». Situado en la orilla suiza del lago Leman, ha sido el escenario de dos de los contactos mantenidos entre el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, y el cabecilla etarra José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera». Estas entrevistas tuvieron lugar en junio y julio del año pasado y con posterioridad se desarrollaron en Oslo (Noruega): el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2005.
Las reuniones fueron la «cocina» del anuncio de «tregua permanente» y el escenario en el que se fijaron los restantes compromisos que conforman la arquitectura del proceso negociador. Todos ellos están recogidos en un único documento del que las partes implicadas, es decir, ETA y Gobierno, no tienen copia con el objetivo de evitar la tentación de filtraciones que pudieran dar el traste con la negociación.
Fue precisamente una filtración periodística lo que, según las fuentes consultadas por ABC, retrasó el anuncio de tregua. Previsto para el mes de febrero -para la sexta semana de 2006, según el documento guardado en Ginebra-, la dirección de la banda lo aplazó a marzo al publicar dos medios de comunicación que la banda estaba preparando un comunicado de alto el fuego. La cúpula etarra atribuyó esa «indiscreción» a medios del Ejecutivo y por ello decidió retrasar su comunicado. Fue necesario que personas próximas de un modo u otro a Moncloa informaran a mediadores de la banda de que la responsabilidad de la filtración no era del Gobierno. Se tuvo que convencer de ello a los criminales, que satisfechos con la versión decidieron dar a conocer su declaración de tregua.
El único responsable de aquella «indiscreción», según las fuentes consultadas por ABC, fue el abogado Íñigo Iruin, quien en una reunión en Madrid con periodistas adelantó la intención de ETA que, luego, tanto malestar causaría en el seno de la banda.
Salvado ese primer obstáculo, gracias a las explicaciones que los cercanos al Gobierno tuvieron que dar al entorno terrorista, el 22 de marzo ETA hizo público el comunicado de alto el fuego permanente. Se cumplía así uno de los compromisos recogidos en el documento que custodia en la actualidad bajo llave el centro Henry Donante.
Tras la primera fase del «proceso», es decir, la declaración de tregua, se está a la espera de la apertura de la segunda, para la que el Gobierno exige a ETA que «ponga fin a todo tipo de violencia», circunstancia que en la actualidad no se produce. Sería la fase plenamente negociadora con la constitución de dos mesas públicas, la política y la técnica, que evolucionarían de forma paralela. En la agenda de la primera estaría la autodeterminación («derecho a decidis»), la creación de un órgano de cooperación con Navarra y la constitución de una eurorregión. La tercera fase, una vez declarado por ETA su abandono definitivo de las armas, sería la búsqueda de salidas para los presos etarras.