Los radicales podrían gobernar la Diputación de Guipúzcoa, el territorio más castigado por la violencia
I. REYERO/J. PAGOLA
Día 23/05/2011
ETA-Batasuna, con la complicidad de EA, la ayuda del Tribunal Constitucional, y favorecida por el espejismo de la tregua trampa, se convierte en la segunda fuerza del País Vasco y la primera de Guipúzcoa, con posibilidades de gobernar su Diputación y controlar los datos fiscales de los contribuyentes. La coalición cumple al pie de la letra las órdenes que le daba la banda en el documento «ProDem» —la actual «hoja de ruta» de los terroristas—, esto es, «dinamitar Aralar, desgastar al PNV y dar la imagen de un frente soberanista que emerge con fuerza». En efecto, la última marca electoral de ETA desafía la hegemonía soberanista del PNV, condena a Aralar y demás partidos minoritarios al ostracismo y refuerza la necesidad del acercamiento entre PP y PSE en todas las instituciones.
En Guipúzcoa, el territorio más castigado por la barbarie etarra, la lista encabezada por el «independiente» de Batasuna y columnista de «Gara», Martín Garitano, arrasa con el 34,65% de los votos colocándose como primera fuerza y y 22 junteros. Bildu se sitúa a más de 10 puntos porcentuales de ventaja sobre el PNV del hasta ahora diputado general, Markel Olano, que obtiene 14 —baja 2—. Los socialistas, primeros en 2007, retroceden seis escaños en las Juntas Generales, el legislativo provincial, y se quedan con 10. Ni siquiera los guiños del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, con un discurso benévolo con la «izquierda abertzale», han evitado la sangría de los suyos en Guipúzcoa. El PP se queda con 4 y Aralar salva los muebles con un juntero, frente a los seis que obtuvo en coalición con IU en los pasados comicios.
Bildu protagoniza otra entrada avasalladora en el Ayuntamiento de San Sebastián —el mismo en el que las pistolas de ETA evitaron una victoria del popular Gregorio Ordóñez, como recordó su viuda esta semana— y deja en jaque mate al socialista Odón Elorza, irreductible durante los últimos veinte años. En concreto, la coalición radical consigue 8 concejales con el 24,29% de apoyos. El PSE se desploma hasta 7 ediles (22,63% del voto, pierde cuatro escaños), mientras que el PP mantiene el tipo con Ramón Gómez (6 asientos), repitiendo el resultado de 2007. Cierra el pleno donostiarra el PNV, con seis ediles, uno más que en 2007. IU y Aralar, que cosecharon 3 concejales en la pasada elección, desaparecen del mapa.
El PNV aguanta bien en su fuerte de Vizcaya, donde se mantiene como primer partido y arrasa en Bilbao, a pesar del aterrizaje de Bildu (ninguna de las tres patas de la coalición radical —EA, ANV, Alternatiba— tenía presencia en la capital vizcaína hoy).
El actual alcalde de Bilbao, el peneuvista Iñaki Azkuna, gobernará por cuarta legislatura consecutiva tras obtener la mayoría absoluta con 15 concejales y el 44,12% de los votos. El PP se mantiene como segunda fuerza y 6 asientos municipales, aunque pierde un concejal. Bildu también irrumpe con fuerza en el escenario municipal bilbaíno, superando en sufragios a los socialistas y empatando a 4 concejales. Izquierda Unida (Ezker Batua) sale del tablero.
Con el 100% del escrutinio, el PNV consigue 22 de los 51 apoderados en las Juntas Generales de Vizcaya —uno menos que en 2007—, mientras que Bildu se sitúa en segundo lugar con 12 junteros. Los socialistas quedan relegados al tercer lugar, con 9 junteros —cinco menos— y el PP repite resultado con 8 apoderados.
La incertidumbre de Álava
El PP vuelve a ganar las elecciones en Álava, el territorio en el que había centrado todos sus esfuerzos. «Hemos ganado de calle», resumió el presidente del PP, Antonio Basagoiti. En concreto, la lista encabezada por Javier de Andrés suma 16 escaños y amplía la diferencia respecto a los demás. El PNV pierde un escaño y se queda con 13 procuradores. Bildu entra en el territorio menos nacionalista con 11 junteros y el PSE se hunde hasta 9 representantes frente a los 14 salientes. Hace cuatro años la negativa cerrada del líder socialista Txarli Prieto a apoyar a De Andrés en la investidura propició que el PNV se hiciera con la Diputación. Ahora, la suma PP-PSE será necesaria ante una posible pinza PNV-Bildu-EB.
El PP arrasa en Vitoria con Javier Maroto, que cosecha 9 ediles, tres más que sus rivales (PNV, PSE y Bildu), con lo que los populares arrebatarán la alcaldía a los socialistas. El PSE de Patxi López está «obligado» a devolverle el favor al PP después de apoyar su investidura como lendakari en 2009 y respaldar, por tanto, las dos candidatura del PP alavés.
Los líderes de la coalición Bildu —formada por Batasuna, EA y Alternatiba— recibieron exultantes los resultados electorales puño en alto y al grito de «independencia» y se dejaron retratrar abrazándose al dirigente batasuna Rufino Etxeberria.