Los nacionalistas han reclamado una y otra vez al Gobierno central que enajene los terrenos que Defensa mantiene en San Sebastián y Vitoria y saque a las tropas que sirven en la comunidad autónoma.
23-09-2007-La Razón
La Brigada Paracaidista debía realizar sus ejercicios con un salto final en la Hípica de San Sebastián ? El Ministerio asegura que se trata de un aplazamiento por «reajuste en la programación», pero admite que no hay fecha fijada
MADRID- El Ministerio de Defensa ha aplazado sine die las maniobras anuales que el Ejército realiza desde hace más de veinte años en el País Vasco, encabezadas por la Brigada Paracaidista y que en esta ocasión debían empezar la primera semana de octubre y tenían su final con una exhibición de saltos en la Hípica de San Sebastián.
El ejercicio abarca habitualmente varias comunidades autónomas del norte de España, como Cantabria, La Rioja, Navarra y Castilla y León, además del País Vasco. Y desde siempre, los nacionalistas han protestado por lo que consideran una demostración de fuerza, una intimidación o un anacronismo, mientras el resto de regiones en las que se desarrollaba lo asumían con normalidad.
Según fuentes del País Vasco consultadas por este diario, el delegado del Gobierno en esta comunidad dio su visto bueno a las maniobras a principios de mes y se procedió a comunicarlo a los ayuntamientos en cuyos términos municipales se iban a desarrollar. Pero a finales de esta semana se recibió otra comunicación en la que se anunciaba que el ejercicio quedaba suspendido. Según estas fuentes, el argumento ofrecido era «falta de presupuesto» para su realización.
«Reajuste en la programación»
Por su parte, fuentes oficiales del Ministerio de Defensa y del Ejército de Tierra aseguraron ayer a este diario que no se trata de una suspensión sino de un aplazamiento por un «reajuste en la programación del Ejército» y que «también se suspenden otras maniobras a veces». De la misma manera, estas fuentes reconocieron que dentro de ese reajuste aún no hay fecha fijada para la celebración del tradicional ejercicio, pero que se «realizará dentro de un plazo razonable», aunque no especificaron qué margen. Además, negaron que se trate de una falta de presupuesto y que en el trasfondo haya motivos políticos.
El pasado año, las maniobras de la Brigada Paracaidista saltaron a todas las portadas por la polémica política generada tras su conclusión con un salto en la playa de Guecho, en la que once paracaidistas con paracaídas deportivos de apertura manual, uno de ellos con la bandera de España, tomaron tierra entre los insultos de un reducido grupo de radicales y los vítores y aplausos del numeroso público congregado frente a la playa, que les agradecían su presencia y les gritaban «¡no nos abandonéis nunca!».
Pero las reacciones políticas de las autoridades autonómicas y municipales se elevaron hasta calificar el ejercicio de «avasallamiento», en palabras del alcalde de Guecho, Iñaki Zarraoa. Al quite de estas declaraciones salió el Gobierno vasco, que de mano de su portavoz, Miren Azkarate, aseguró que «en cualquier punto de Europa causaría asombro que este tipo de acciones se realizaran en núcleos urbanos y tan cerca de civiles». Estas declaraciones fueron respaldadas entonces por alcaldes de la zona, que tildaron de «anacrónicas» y propias de «una época ya pasada y no de un escenario moderno y civilizado» las maniobras de los paracaidistas.
Batasuna fue más allá y acusó al Gobierno de «insultar a los ciudadanos vascos» y de traer «a Euskal Herria una demostración de su Ejército, que tiene que salir de aquí. Les ha llegado la hora de irse, tal y como se fueron de Irak». Así instaban al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «a sacar su Ejército de Euskal Herria».
La indignación de los nacionalistas vascos llevó al PNV a trasladar a la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados una pregunta para el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, sobre la realización de estas maniobras.
Defensa del Gobierno
Pero desde el Gobierno la postura fue firme en defensa de la normalidad de un ejercicio como los muchos que se realizan en toda España a lo largo del año. El delegado del Gobierno, Paulino Luesma, aseguraba que los representantes políticos tienen que asumir que las Fuerzas Armadas son «una institución más de nuestro régimen democrático y desarollan maniobras en cualquier punto del territorio nacional, también en el País Vasco, para desarrollar mejor su cometido».
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, resaltaba en ese momento que los ejercicios «están dentro de la normalidad más absoluta de de las actividades de preparación del Ejército y no tiene mayor significado que eso». Y añadía que «es una actuación completamente normal que debe recibir un comentario de normalidad en el funcionamiento de las instituciones».
La presencia de militares en el País Vasco ha sido uno de los caballos de batalla constantes del PNV en el Congreso de los Diputados. Los nacionalistas han reclamado una y otra vez al Gobierno central que enajene los terrenos que Defensa mantiene en San Sebastián y Vitoria y saque a las tropas que sirven ahí de la comunidad autónoma. En la capital guipuzcoana, el Ejército mantiene el acuartelamiento de Loyola, que ocupa una superficie de dieciocho hectáreas en las riberas del río Urumea y en el que el Gobierno vasco propone construir 1.600 viviendas de protección oficial. En la capital alavesa tiene su sede el Grupo de Artillería de Campaña de Araca, en cuya base pretende la administración vasca instalar la ciudad del motor, con un circuito con pretensiones de albergar una prueba de fórmula 1. En Bilbao, Defensa aún posee el Gobierno militar, también reclamado para usos culturales de los ciudadanos.