«¡Zapatero, dimisión!».
C. Pérez
03-01-2007-La Razón
MADRID- Las concentraciones convocadas ayer por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) congregaron a miles de ciudadanos que condenaron con su presencia frente a los ayuntamientos de las principales ciudades españolas el último atentado de ETA. En la mayoría de estas protestas, los manifestantes exigieron la dimisión de José Luis Rodríguez Zapatero y corearon consignas contra el Gobierno. La ausencia de algunos alcaldes socialistas también fue reclamada a gritos por muchos de los presentes.
En Madrid, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, acudieron a la concentración que se celebró en la Plaza de la Villa. El silencio que se hizo a las doce de la mañana en pleno centro de la capital fue interrumpido varias veces por las consignas contra el Gobierno coreadas por algunos de los asistentes. El delegado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Madrid, Juan Antonio García Castelo, tuvo que pedir, en reiteradas ocasiones, que se mantuviera el silencio para poder leer un manifiesto de condena del atentado.
Además de exigir la ruptura de «cualquier vínculo con los terroristas y sus colaboradores e inductores», García Castelo pidió al Gobierno que vuelva, como única vía para luchar contra el terrorismo, al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo y a la aplicación de la Ley de Partidos para luchar contra la banda terrorista ETA.
«Gobierno traidor»
Los minutos de silencio terminaron con vivas a España y una salva de aplausos. Pero las críticas al Gobierno continuaron con consignas como «Zapatero, dimisión», «Gobierno traidor» o «Queremos saber la verdad del 11-M». A la concentración también acudió la secretaria de Política Social y de Bienestar del Partido Popular, Ana Pastor, y otros miembros de la Corporación madrileña, entre ellos el vicealcalde Manuel Cobo.
Las concentraciones de condena congregaron a unos tres centenares de personas en las capitales vascas, que contaron con el respaldo de los dirigentes del PP y se desarrollaron en silencio. En la de San Sebastián, a la que no acudió el alcalde donostiarra, Odón Elorza, la presidenta del PP vasco, María San Gil, advirtió al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de que «no sólo tiene que suspender el diálogo con la banda terrorista», sino que «el proceso no puede seguir adelante», por lo que le exigió que vuelva «de una vez por todas a las políticas eficaces antiterroristas» aplicadas en 2003.
En Bilbao, Antonio Basagoiti, presidente del PP de Vizcaya, se mostró convencido de que el presidente del Gobierno «continuará con el proceso y pasará al Plan B». Al término de la concentración celebrada ante el Ayuntamiento vizcaíno, lamentó que otros partidos y el propio alcalde no hubieran secundado la convocatoria. «Pero no quiero criticarles -afirmó-, aunque lo fácil sería ponerles a parir, porque ahora lo que hace falta es que estemos con las víctimas y consigamos la unidad para acabar con el terrorismo».
En Pamplona, varios centenares de ciudadanos guardaron tres minutos de silencio en protesta por el atentado, en un acto que contó con representantes de UPN y, también, de socialistas navarros.
El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, se sumó a la concentración de Jaén y aprovechó la ocasión para exigir al Gobierno que demuestre «con pruebas manifiestas» que ha roto el diálogo y cualquier tipo de negociación con la banda terrorista, informa Efe.
Otra ciudad en la que se echó de menos a su alcalde en la protesta fue Zaragoza, donde cerca de 300 personas, entre ellas representantes del PP, del PAR y familiares de víctimas, condenaron el atentado, pidieron con gritos la dimisión del jefe del Ejecutivo y criticaron la ausencia de Juan Alberto Belloch.
La jornada tampoco estuvo exenta de incidentes. En Málaga, el secretario general de la Agrupación Centro del PSOE en la localidad, Rafael Granados, denunció ante la Policía los actos vandálicos protagonizados por medio centenar de personas contra la fachada de la sede electoral del PSOE malagueño y de dicha agrupación.
Según indicaron en un comunicado, los hechos tuvieron lugar sobre las 12:30 horas, cuando un grupo se concentró frente a la puerta del inmueble, situada en la calle Ollerías. Estas personas, que según el PSOE portaban banderas nacionales, «lanzaron gritos contrarios al presidente del Gobierno y al PSOE, aporrearon cacerolas y lanzaron huevos contra la fachada del inmueble». Mientras, en Salamanca una persona que reclamaba los mismos derechos y reconocimientos para las víctimas de la guerra civil fue zarandeado por dos asistentes a la manifestación.
Más tranquila discurrió la protesta frente al Consistorio de Sevilla, donde unas cuatrocientas personas, entre ellas el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, se concentraron para, en algunos casos, corear consignas contra Zapatero y reclamar a gritos la presencia del alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, que siguió la tónica de algunos compañeros de partido y tampoco secundó la convocatoria.
Unas 2.500 personas apoyaron la protesta de la AVT en distintas ciudades de Castilla y León, especialmente en Valladolid y Salamanca, en actos que también se desarrollaron con críticas al Gobierno y a la ausencia de representantes del PSOE, salvo en León, donde asistió el portavoz municipal de esta formación.
Mientras, en las capitales castellano-manchegas, varios cientos de ciudadanos se concentraron ante sus ayuntamientos y en algún caso lanzaron gritos contra el Gobierno.
Llamamiento a la unidad
Varios centenares de personas se dieron cita en distintas ciudades gallegas, como en la capital, Santiago de Compostela, donde su alcalde, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, hizo un llamamiento a la unidad institucional de los partidos y la sociedad.
En Mérida, alrededor de 200 personas, entre ellas la consejera portavoz de la Junta, Dolores Pallero, guardaron cinco minutos de silencio contra el terrorismo.
En la Comunidad valenciana se produjeron concentraciones en las tres capitales, que en el caso de Valencia contaron con la presencia del vicepresidente del Gobierno valenciano, Víctor Campos, y de la alcaldesa, Rita Barberá. En Alicante, los congregados también corearon consignas exigiendo la dimisión de Zapatero, al igual que en Palma de Mallorca, Córdoba, Málaga… Y es que en el resto de ciudades españolas, el patrón fue bastante similar: repulsa del atentado de la banda terrorista salpicada de reproches al Ejecutivo socialista.