El Mundo

CiU ha firmado este 20 de noviembre en Cataluña el desahucio político del socialismo en unas elecciones generales que no merecen otro calificativo que el de históricas.

La federación nacionalista ha vencido por primera vez en 32 años en unos comicios generales que dejan en las urnas la peor cifra de votos jamás vista por el PSC en Cataluña. Un hito político que no sólo pone en manos nacionalistas un poderío electoral inédito -municipales, autonómicas y, ahora, las generales-, sino que sepulta la imagen del principado como uno de los últimos refugios del socialismo.

La debacle del PSC no puede ser más contundente. Pasa de los 25 diputados a los 14 al lograr sólo 900.000 votos, prácticamente la mitad de los obtenidos en 2008, mientras que CiU da el salto de los 10 a los 16. Un ‘sorpasso’ que deja completamente huérfano al PSOE, que hasta media tarde tenía en Cataluña su única isla en un mapa tintado casi por completo de azul.

Ese era el panorama que venían dibujando los sondeos difundidos por los medios de comunicación. Una victoria pírrica del PSC, pero una victoria. La única de la jornada. Sin embargo, el avance del escrutinio no ha hecho más que disparar una agonía con cifras sobre las que mucho deberá reflexionar el PSC. Entre otros datos, uno tan esclarecedor como la pérdida de 777.504 votos en comparación con 2008.

Las cifras y la sensación de derrota inconsolable han sido las que han marcado las primeras palabras de Carme Chacón, quien ha tratado de disimular las cicatrices felicitándose por recuperar votos con respecto a las autonómicas.

Incapaz de neutralizar a CiU con su imagen como ministra mejor valorada, Chacón ha felicitado a la federación. No ha ido más allá en la autocrítica, poniendo inmediatamente la mirada en Madrid: «El vencedor es el PP». Acompañada por el primer secretario del PSC, José Montilla, Chacón se ha limitado a despedirse abonándose a la épica: Sólo pierde «quien se rinde».

El ‘triplete’ de CiU
No ha sido ese, precisamente, el tono escuchado en el Hotel Majestic de Barcelona, donde CiU ha celebrado «el triplete», como lo ha bautizado Artur Mas, como la defunción temporal de su némesis política más cercana. La federación, ha dicho Josep Antoni Duran Lleida, ha acabado «con la anomalía de que el catalanismo» no venciera en unas elecciones generales en Cataluña.

La victoria de CiU sobre el PSC, además de otorgarles un apoyo electoral hasta ahora inédito, colma el vaticinio que Josep Antoni Duran Lleida defendía casi en solitario y que muchos veían como meras ensoñaciones del democristiano. Su otra meta sí resulta, a estas alturas, imposible: evitar la mayoría absoluta de Mariano Rajoy.

Este último aspecto es el que podría neutralizar la gran exigencia de CiU en Madrid para el próximo Gobierno: lograr un nuevo pacto fiscal para Cataluña. Sin embargo, la imagen de un omnipoderoso Rajoy no ha menguado la exigencia de Duran, quien ve en el millón y medio de votos cosechados una victoria «del pacto fiscal», de «la voluntad de la independencia económica» y de «la voluntad de decidir sobre nuestros impuestos».

El PP ha aprovechado también la estela de cambio experimentada en el país para incrementar notablemente sus resultados en Cataluña. Subidos a la estela de Rajoy, los ‘populares’ catalanes con Jorge Fernández Díaz al frente han logrado 11 escaños frente a los siete de los anteriores comicios, acercándose a su mejor resultado histórico, el que cosecharon en 2000, cuando abrazaron los 12 representantes.

La sangría de votos socialistas ha beneficiado también a ICV y ERC, quienes estarán representados en el Congreso con tres diputados cada uno.

ERC, tras una drástica pérdida de votos en los comicios municipales y autonómicos, habría conseguido mantener sus tres diputados a manos de una nueva dirección comandada por Oriol Junqueras y un candidato debutante como Alfred Bosch.

Los ecosocialistas han logrado, asimismo, sus mejores resultados en unas generales en 18 años al haber obtenido más de 277.000 votos.

El candidato de ICV-EUiA, Joan Coscubiela, ha dicho sentirse esta noche «más legitimado» ante los resultados de su partido para llevar la «bandera» de la gente que «no calla» y se ha comprometido a trabajar mañana mismo para «plantar cara» en el Congreso a las reformas sociales «injustas».