Arremete contra el CGPJ y le acusa de «carecer de legitimidad».


20070217100345-2.jpgMARIANO CALLEJA

14-02-2007-ABC

Mariano Fernández Bermejo se retrató ante propios y extraños apenas un par de minutos después de tomar la cartera de ministro de Justicia de manos de Juan Fernando López Aguilar. Nada más agradecer su nombramiento y desear «el triunfo de la izquierda» en Canarias, la tierra de su antecesor, dedicó sus primeras palabras como miembro del Gobierno de Zapatero a atacar al PP y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y a expresar su respaldo total a quienes «han de dar respuesta justa a todos, incluidos los acusados de acciones terroristas».

Fernández Bermejo demostró que no tiene intención de tender la mano al PP, al menos de momento, ni de buscar puntos de encuentro con el principal partido de la oposición, al que acusó de no haber aceptado su derrota en las urnas y contaminar así las relaciones entre la política y la Justicia. El nuevo ministro agradeció a Zapatero su confianza para que defienda «el Estado de Derecho, en un momento delicado que es fruto de la estrategia de quienes, sin haber aceptado su derrota en las urnas, se empeñan en trasladar a la jurisdicción lo que sólo pertenece al ámbito del debate político».

Las críticas al PP no se quedaron ahí, pues añadió que «evitar que tales usos espurios se produzcan resulta indispensable para recuperar el sosiego de los tribunales, cuyos miembros, en su mayoría, rechazan tal género de invasión y reivindican el necesario respeto a su independencia».

En su opinión, esa independencia «necesita ser protegida también de los embates de los poderes fácticos, económicos, sociales o mediáticos, con gran capacidad de ejercer presión».

Sus ataques también se dirigieron al CGPJ, al que acusó de carecer de legitimidad, tras expirar su mandato el 7 de noviembre pasado: «Los jueces y tribunales necesitan con urgencia que su órgano de Gobierno recupere la legitimidad de que hoy carece, pues siendo legal su supervivencia en funciones hasta que se produzca el relevo, el mantenimiento indefinido lo deslegitima, le priva del derecho a ser considerado como inobjetable cumplidor de decisiones justas».

El ministro tuvo un recuerdo para los presos terroristas. Aseguró que empeñará todo su esfuerzo en apoyar «a quienes han de dar respuesta justa a todos, incluidos los acusados de acciones terroristas, por rechazable que sea su empeño en destruir la convivencia».

Fernández Bermejo subrayó que es muy consciente de la «realidad territorial» que vivimos: el Estado de las Autonomías, «inserto en el espacio de la Unión Europea, en el contexto de un mundo mal globalizado». El ministro no nombró a España ni una vez. Sí dijo que continuará «la adaptación de la Justicia al Estado de las Autonomías», aunque resaltó la «inequívoca naturaleza estatal del Ministerio Fiscal y del Tribunal Supremo».

«El bajo percusivo»

Antes de proceder al relevo, López Aguilar pronunció unas palabras para despedirse y comentó que era un «giro del destino» que esté traspasando la cartera a un Mariano, y que él la recibiera de un José María (Michavila). Recordó la pasión por la música y la guitarra que le unía al nuevo ministro: «Llega la hora del bajo percusivo, que dará el relevo al arpegio más melódico».

Tras recibir la cartera de ministro, Fernández Bermejo entregó a López Aguilar un CD de «Los Cirros», el grupo de rock del que formaba parte en su juventud en Arenas de San Pedro (Ávila). Y todo en un martes y 13, algo que, según el ministro, es su destino: nació en el número 13 de la calle de los Mártires, un martes de Carnaval, se casó un martes, fue padre un martes y tomó posesión de su primera plaza como fiscal otro martes.

Al sencillo acto de toma de posesión en el Ministerio de Justicia asistieron el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido; el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes; el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y el defensor del Pueblo, Enrique Múgica.
Mientras tanto, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, anunció que su formación recibirá en el Parlamento al nuevo ministro de Justicia con numerosas preguntas y una interpelación, para saber si mantiene su oposición, por ejemplo, a endurecer las penas por violencia callejera.