Batasuna no va a cambiar su posición «histórica y dialéctica» de no condenar el terrorismo.
18-10-2006-ABC
El dirigente de Batasuna Pernando Barrena advirtió ayer que no está «en la agenda» de la coalición proetarra condenar la violencia y emplazó al Gobierno a tomar decisiones «reales» respecto a su legalización, que en estos momentos resulta «ya insoportable», en su opinión, para el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, Batasuna está plenamente convencida de que concurrirá a las próximas elecciones municipales, aunque dice desconocer cómo podrá regresar a la legalidad.
No obstante, el camino que se está siguiendo ya lo marcó el viernes el Gobierno, como informó ABC. Fue la vicepresidenta del Ejecutivo la que invocó la «jurisprudencia del Constitucional» para defender que los dirigentes y miembros de la ilegalizada formación pueden constituir un nuevo partido político sin verse afectados «por la consecuencias de una ilegalización anterior» -como dijo el pasado jueves Zapatero- y sin que se requiera de ellos una condena expresa del terrorismo. Estos términos están siendo negociados por enviados del ministro Rubalcaba con Íñigo Iruin, el «arquitecto» legal del complejo ETA.
El allanamiento del camino permitió ayer a Barrena presentarse ante los medios desde una posición fortalecida. El portavoz de la ilegalizada Batasuna aseguró no tener «respuesta» para la pregunta de cómo los proetarras van a volver a las instituciones democráticas. No obstante, dejó claro que Batasuna no va a cambiar su posición «histórica y dialéctica» de no condenar el terrorismo y argumentó que quienes les emplazan a condenar la violencia «tienen una definición de terrorismo» que no coincide con la de Batasuna.
Al margen de la moral
Reprochando a quienes condenan el terrorismo el «haber fracasado en la resolución del conflicto», Barrena señaló que «más allá de valoraciones morales, lo que pretendemos es ofrecer una metodología para la desaparición de cualquier tipo de violencia».
El dirigente de Batasuna aconsejó al Gobierno que tome decisiones «desde la buena voluntad» y no como, en su opinión, «hace ahora, utilizando el tema para llenar la actualidad mediática y evitar el debate real», que es si se ponen en marcha o no el diálogo.
«Estoy seguro de que esta situación, no es que ya se vaya a convertir en insoportable, sino que ya lo es para el Gobierno de España y ese Gobierno y el PSOE que lo gestiona deberán tomar decisiones cuanto antes en esa dirección, pero decisiones reales, que conlleven la garantía de los derechos para los vascos que tienen negados esos derechos», señaló Barrena.
Esas decisiones parecen estar ya en marcha, a tenor de lo manifestado por Zapatero el pasado jueves, en el sentido de que si la izquierda abertzale da el paso de impulsar un nuevo partido que respete la ley, «no parece que deba verse afectado por las consecuencias de una ilegalización penal».
El presidente, según publicó ABC el pasado viernes, cuenta con que Batasuna sea legal antes de mayo, tanto para presentarse a las próximas elecciones municipales y forales como para sentarse en la mesa de partidos.
Si bien la Ley de Partidos Políticos no impide la creación de una formación política sea cual sea su ideario -el ordenamiento está abierto a todas las opciones políticas- ni exige «a priori» una condena expresa del terrorismo, un nuevo partido que represente a la izquierda abertzale deberá cumplir una serie de requisitos que dejen bien clara su desvinculación de Batasuna y de ETA. Batasuna como tal nunca podrá volver a la legalidad.
También parece cuestionable que los dirigentes de la formación ilegalizada se conviertan en «promotores» del nuevo partido, tanto porque su vinculación con Batasuna lo contaminaría como porque varios de ellos están imputados en la Audiencia Nacional por delitos de terrorismo.
Asimismo, los nacionalistas vascos se muestran en estos momentos muy optimistas sobre las expectativas del «proceso». En medios vascos se confirmaba ayer punto por punto lo publicado los pasados días por ABC, en el sentido de que el Gobierno y la izquierda proetarra estarían manejando fórmulas que posibiliten la legalización de Batasuna sin condena a ETA.
Esos medios daban por hecho además que PNV y PSE habrían conseguido ya que Batasuna acepte que los acuerdos tengan que ser suscritos por la totalidad de las fuerzas políticas que se sienten en la mesa de partidos, lo que garantizaría un pacto entre nacionalistas y no nacionalistas.
Para explorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo, PNV, PSE y Batasuna estarían manteniendo en estos momentos contactos bilaterales, como adelantó este periódico, en una llamada «mesa virtual». Se pretendería trasplantar al ámbito político, bajo el principio de «decisión y pacto», la fórmula del Concierto Económico, que es aceptada por todos los partidos. La clave para un acuerdo final podría estar, según apuntaban los medios antes citados, en la combinación entre el respeto a la decisión de los ciudadanos vascos, a través de la articulación de fórmulas compartidas para la convivencia, con el pacto con el Estado.