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Política a través del nomenclátor. Muchos años después de haber depurado de las calles y plazas de Barcelona cualquier alusión al franquismo, la capital catalana debatirá ahora si hace lo mismo con la Monarquía, eso sí, sin cambio de régimen de por medio. Así, la comisión de Cultura del Ayuntamiento debatirá mañana la propuesta de los grupos de ICV y de UpB (la alianza de ERC con Joan Laporta) para que la plaza de Juan Carlos I deje de hacer alusión a la Monarquía. Si la izquierda pretende rebautizarla como «cinco de oros» —como se la conoce popularmente—, los independentistas prefieren que pase a llamarse plaza de la República Catalana.

La plaza, en el muy céntrico cruce de Passeig de Gràcia con la Diagonal, ya fue objeto de atención recientemente, en tanto que ya se retiró la simbología franquista que había en la base del obelisco que la preside.

La petición de cambio de nombre fue aprobada por el distrito de Gràcia con el apoyo del PSC, la abstención de CiU y de UpB y el rechazo de PP. También se presentó la misma propuesta en el distrito del Eixample, si bien entonces CiU se abstuvo y evitó que prosperara la iniciativa, informa Ep. Ahora la iniciativa llega a plaza Sant Jaume.

El hipotético veto a Juan Carlos I revive la polémica que de manera ocasional se vive en Barcelona a costa de los nombres de calles y plazas. Tras una etapa de gran intensidad tras la recuperación democrática —básicamente con la erradicación de nombres de connotaciones franquistas, sustituidos por otros vetados por el régimen—, la ponencia del nomenclátor ha vivido normalmente ajena a la polémica, con una regulación ya muy definida, que obliga por ejemplo a esperar cinco años desde su fallecimiento antes de poner el nombre de una calle a un personaje.

Quien más se ha quejado ha sido el grupo del PP, que ha denunciado que se actúa de manera partidista. Así, en los últimos años se aprobó dar una calle a Vicenç Ballester i Canals, creador de la bandera independentista, y a Ernesto «Che» Guevara —ambos pendientes de encontrar ubicación—, dos personajes que para el PP no merecen ser recordados. Los populares, de igual forma, piden que se cambie el nombre a la calle de Sabino Arana. La ponencia acordó también dar el nombre de una calle al Papa Juan Pablo II, pendiente también de ubicación.

Recientemente, dos alusiones (calle y pasaje) al Duque de la Victoria (en recuerdo al general Espartero) fueron cambiados por un neutro Calle del Duque y Pasaje de Francesc Pujols. Antes, en 2007, la calle del General Almirante se cambió por la de Juan Gris, mientras que en 2006, la Avenida del Hospital Militar pasó a ser Avenida de Vallcarca.

El último cambio significativo se produjo en 2010, cuando Barcelona apeó del nomenclator al Marqués de Comillas para dar su avenida a Francesc Ferrer i Guàrdia, en recuerdo del pedagogo catalán fundador de la Escuela Moderna condenado a muerte en 1909 acusado de ser el instigador de los hechos de la Semana Trágica.