La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 27 años de cárcel a Mikel Ibáñez Oteiza, tal y como solicitaba la fiscal Dolores Delgado, por facilitar a ETA la información que le permitió cometer el 6 de junio de 1988 el asesinato del supuesto narcotraficante Francisco Javier Zabaleta Azpitarte en Eibar (Guipúzcoa).
MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) –
La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 27 años de cárcel a Mikel Ibáñez Oteiza, tal y como solicitaba la fiscal Dolores Delgado, por facilitar a ETA la información que le permitió cometer el 6 de junio de 1988 el asesinato del supuesto narcotraficante Francisco Javier Zabaleta Azpitarte en Eibar (Guipúzcoa).
La sentencia hecha pública hoy considera «evidente la voluntad decida de acabar con la vida de la víctima, o cuando menos una aceptación o consentimiento de que la información transmitida a un miembro de ETA iba a ser utilizada por aquella para acometer un atentado contra la vida de la persona sometida a vigilancia, con resultado letal».
Entre otras cuestiones, el tribunal –presidido por el magistrado Ángel Hurtado y compuesto por los magistrados Julio de Diego (ponente) y Enrique López– ha tenido en cuenta a la hora de condenar las declaraciones ante la Guardia Civil prestadas por los miembros del comando que asesinó al presunto narcotraficante, ya condenados por estos hechos.
Según la resolución hecha pública hoy, los etarras Jesús María Zigonda, Juan Carlos Balerdi y Fermín Undiarín afirmaron tras reconocerle fotográficamente que fue Mikel Ibáñez Oteiza –al que conocían como ‘Mikel de Eibar’– es quien les aporta la información necesaria para la localización de la víctima y que traficaba con drogas. Así la resolución considera «acreditado que que fue quien suministró la información necesaria al comando para acabar con la vida de Javier Zabaleta».
Por este motivo, la sentencia también condena al acusado a indemnizar a la viuda y los dos hijos –menores de edad en el momento del asesinato– con 120.000 euros. No obstante, la Sala no estima la petición del fiscal de prohibir al condenado acercarse al lugar de domicilio de la familia de la víctima hasta seis años después de abandonar la cárcel «al no haber sido impuesta a los condenados por estos mismos hechos en anterior sentencia».
Durante el juicio, celebrado el pasado 23 de abril, Mikel Ibáñez alegó que en Eibar «todas las paredes estaban pintadas con los nombres de los señores esos», en referencia a los presuntos vendedores de droga señalados por la banda.
ENFERMO DE CÁNCER
El acusado, que explicó que sufre un cáncer y se encuentra en tratamiento después de haber sido sometido a un trasplante de médula, alegó que se trasladó a Sudamérica porque le ofrecieron un contrato de trabajo, al tiempo que aseguró que nunca «siguió» al asesinado, que, según indicó, era «muy conocido en el pueblo».
En la vista también declararon los integrantes del denominado ‘comando Eibar’ Jesús María Zigonda, Carlos Balerdi y Fermín Urdiain, así como su colaborador José María Beristain. Todos ellos dijeron no conocer al acusado y confirmaron su participación en los atentados, aunque aseguraron que la información para asesinar a Zabaleta Azpitarte se la dio la dirección de ETA, que les ordenó «asesinar a narcotraficantes».