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En declaraciones a la Sociedad Española de Radiodifusión, Bernardino León, secretario general de la presidencia del gobierno, reconoció el pasado sábado que el Ministerio de Defensa del Gobierno de España se equivocó en la forma de anunciar a nuestros aliados de la OTAN la salida del contingente militar español en la misión «de paz» que la alianza mantiene desplegada en la antigua provincia serbia de Kosovo. En efecto: si el miércoles, la ministra doña Carmen Chacón anunciaba por sorpresa la retirada de las fuerzas armadas españolas de territorio serbio (retirada que el gobierno, hablando por boca del propio Presidente Zapatero, considera «lógica» habida cuenta del hecho de que España no reconoce la independencia de Kosovo) desatando una «profunda decepción» en la secretaría de exteriores norteamericana, el sábado, tuvo que ser don Bernardino quien, oficiando de apagafuegos, entonase in extremis desde los micrófonos de la «cadena amiga » un rotundo mea culpa ante el gobierno de Barack Obama y la cúpula de la alianza atlántica.

Ciertamente desde DENAES estimamos muy adecuada, diplomáticamente, la negativa de España a reconocer la existencia de Kosovo como una nueva «nación soberana» en los balcanes. Una «nación» que aparecería ante todo como el resultado del «trágala» del fraccionamiento secesionista al que la soberanía de Serbia sobre su territorio se habría visto sometida durante los últimos años. Algo que, no solamente viola enteramente la llamada «legalidad internacional» (dejando por cierto completamente en ridículo instituciones como la ONU, etc.) sino que representa desde luego un precedente extremadamente peligroso para otras naciones políticas cuya soberanía también se encuentra en nuestros días, amenazada formalmente por facciones separatistas internas al estado: entre otras, y muy señaladamente, España.

Desde esta perspectiva, cabe desde luego sostener que el reconocimiento internacional de la «nación kosovar», contra Serbia, debilita a España y no hay más que comprobar, en este sentido, el aprovechamiento que del caso de Kosovo han practicado secesionistas españoles como pueda serlo Íñigo Urullu (PNV) o Unai Ziarreta (EA), etc.

No obstante, resulta igualmente obvio que la decisión unilateral del gabinete de Zapatero, con Carmen Chacón a la cabeza, contribuye a comprometer muy gravemente el prestigio internacional de la Nación Española ante sus aliados militares, debilitando en consecuencia la posición de España en el contexto internacional; y ello, particularmente tras los precedentes que todos podemos recordar por parte de este mismo gobierno («espantada» de Iraq y llamamientos al resto de países a la deserción incluídos). De ello, cabe sin duda deducir lo siguiente: los estadistas que han diseñado semejante retirada han dado con ello buenas muestras de su incompetencia así como de la escasa prudencia que les caracteriza. Por ello, desde la Fundación DENAES juzgamos que sería sin duda muy conveniente que la ministra Chacón también se «retirase».

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA