Ni Vascongadas, salvo petición de principio, es una nación en este sentido (al estar privada de soberanía) ni dentro de España, penetrándola como tal Nación soberana, pueden «convivir» otros «países» de su escala sin que la soberanía misma quede destruida.
«Sólo en Euskadi recorrerás un país dentro de un país. Caminarás entre árboles de colores. Admirarás el auténtico Guernica. Encontrarás un amigo en cada persona. Comprobarás que lo normal es la excelencia y compartirás una forma de ser diferente. Euskadi… made in». Este es el texto, ciertamente cursi, que la consejería de turismo del Gobierno Vasco ha decidido insertar en la habitual campaña publicitaria primaveral con vistas a atraer visitantes a Vascongadas. Así, tal y como lo señalaba la vice-consejera de turismo en funciones (esperemos que por poco tiempo) Koro Garmendia con ocasión de la presentación de la campaña, «se trataría de mostrar un destino realmente diferente. Queremos trasmitir esa forma específica de ser y de hacer del pueblo vasco desde experiencias concretas y reales. Cosas que sólo se puedan vivir en Euskadi».
Es para empezar curioso que en estas condiciones, entre todas las «cosas» que «sólo se pueden vivir en Euskadi», la Señora Garmendia no haya estimado oportuno insertar en los tales anuncios episodios de atentados terroristas de la ETA, coches bombas o simplemente kale borroka pues que tales «experiencias» resultan sin duda exclusivas de este «destino realmente diferente» del que nos habla la viceconsejera.
Pero, acaso todavía más llamativo resulten las múltiples contradicciones lógicas que atraviesan el texto promocional. Y es que, nos preguntamos, ¿no han advertido los redactores de la campaña en su infantilismo que la «excelencia» no puede, por motivos estrictamente lógicos, «ser lo normal» sin dejar de ser «excelencia»? Igualmente curiosa nos parece la circunstancia de que doña Koro no haya podido darse cuenta desde las espesas mitologías identitarias en las que permanecería envuelta su consejería que la «diferencia» a la que remite el texto de la campaña es una característica estructuralmente posicional que exige necesariamente referencia a terceros para poder ser entendida. En otros términos: planteada la cuestión fuera de la mitología confusionaria de la identidad cultural, si la «forma de ser de los vascos» es «diferente» a la de otros ciudadanos españoles (lo cual ya sería a todas luces demasiado conceder), ello, sólo será porque a su vez la de estos últimos también resultará «diferente» respecto de la de aquellos con lo que el enredo sustancialista de la viceconsejera Koro quedaría automáticamente disuelto.
Y todavía peor resulta la apelación al «país dentro de un país» en referencia a la comunidad autónoma vasca. Sucede por de pronto que esa fórmula, por sí misma muy ambigua, podrá entenderse en dos sentidos principales, a saber: el geográfico y el político. Según el sentido geográfico que la noción de país posee en ocasiones (así , por ejemplo, hablamos de «País Valenciano» o «País Berciano», etc) , quedaría sobreentendido que el País Vasco sería un «país» (en sentido geográfico) dentro de un «País» (es decir: de la Nación española) en cuyo caso no tendríamos, por nuestra parte, mayor objeción respeto a la fórmula. Sólo que, ¿cómo entender entonces que «sólo en Euskadi (y no en Valencia o en el Bierzo) recorrerás un país dentro de un país»?
En cambio, si se interpreta –como nos parece más probable viniendo la promoción de un gabinete como el de Ibarreche de signo soberanista o secesionista– el término «país» en su sentido político, es decir, como equivalente de nación política, entonces lo que habrá que decir, desde la perspectiva de la Fundación DENAES, es que la fórmula resultaría vacía. Ni Vascongadas, salvo petición de principio, es una nación en este sentido (al estar privada de soberanía) ni dentro de España, penetrándola como tal Nación soberana, pueden «convivir» otros «países» de su escala sin que la soberanía misma quede destruida.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA