¿A qué «víctimas» se refiere concretamente el manifiesto dado a conocer por nuestros ilustres representantes?
Tras el asesinato por parte de ETA del guardia civil Raúl Centeno Pallón las Cortes Españolas, sede según la Constitución vigente de la soberanía nacional, han tenido a bien emitir un «comunicado de repulsa» rubricado unánimemente por la totalidad de los partidos políticos con representación parlamentaria, incluyendo fuerzas políticas secesionistas tales como puedan serlo el PNV, Nafarroa Bai, CIU o ERC cuyo objetivo consiste precisamente en la destrucción de la Nación española y de su soberanía misma. De inmediato periodistas, comentaristas y tertulianos de diversos pelajes se han precipitado a celebrar con el mayor entusiasmo el recobrado «consenso» de los «demócratas» frente a los «violentos» después de una legislatura al parecer embarrada por la «crispación» entre las principales fuerzas políticas del país.
Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española, sin embargo, y precisamente manteniéndonos al margen del capcioso formalismo del «consenso», hemos de comenzar por denunciar del modo más enérgico los contenidos de este supuesto «consenso» alcanzado por los partidos políticos en el comunicado dado a conocer ayer mismo.
Y es que, ¿puede -nos preguntamos- alguien creer, a estas alturas de la película, que la muy consabida y huera retórica sobre la «solidaridad con las víctimas», el «rechazo del terrorismo», la defensa del «Estado de derecho» o la «unidad de los demócratas» manifiesta capacidad alguna de barrenar la acción asesina de una banda criminal cuyas preocupaciones políticas no tienen, por sí mismas, absolutamente nada que ver con la «democracia», el «estado de derecho» o la «libertad» que volverá a mentarse en las pancartas de la manifestación del próximo martes?, más aún: ¿a qué «víctimas» se refiere concretamente el manifiesto dado a conocer por nuestros ilustres representantes?, ¿no es, en todo caso, la Nación en su conjunto, es decir, España entera (cuyo nombre por cierto no se menciona en el comunicado ni una sola vez) la principal «víctima» política de la estrategia separatista de la ETA tal y como esta misma ha venido siendo hasta hace bien poco fortalecida por la traicionera actitud dialogante del propio Gobierno socialista? Y si en efecto, la víctima, es decir, el objetivo amenazado por los secesionistas -sean demócratas sean aristócratas- no es otra que la nación española, será en consecuencia la pervivencia misma de España la principal razón que deberá mover a los Españoles, sean asimismo demócratas sean aristócratas, a oponerse, o a la banda asesina sin necesidad alguna de acordarse para ello de la libertad, el Estado de derecho o la democracia. Y esto, aunque suponga renunciar al «consenso» con algunas de las formaciones políticas que el sábado firmaron, de mil amores un manifiesto en la que el propio nombre de España brillaba -como si fuese la pars pudenda de nuestra democracia- por su ausencia.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA