De hecho, tenemos que confesar que desde la perspectiva de la Fundación DENAES no se ve con demasiada claridad lo que quiera decir el Sr. Feijoo con su compromiso de «continuar con la labor galleguizadora de anteriores gobiernos del PP», cuando nos mantenemos al margen de las mitologías de la identidad cultural tan cultivadas por los secesionistas. En todo caso exigimos al presidente de Galicia que, sin perjuicio de su «galleguismo» o incluso al margen de él, no dé un solo paso atrás en la defensa de la lengua nacional en esta región española.


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La así denominada «Mesa por la normalización lingüística» se manifestaba ayer para exigir al nuevo gobierno autonómico de Galicia presidido por el popular Alberto Núñez Feijoo –gobierno al que, no obstante estas exigencias, tal mesa comienza por tipificar de «gallegofóbico»– que no de un solo «paso atrás» en lo que ellos mismos consideran «la defensa de nuestra lengua». Tal y como nuestros lectores podrán imaginarse, resulta evidente que dicha consigna, traducida ahora al román paladino, no significa otra cosa que un «aviso para navegantes» en el sentido de que tales organizaciones «normalizadoras», con el apoyo de grupos políticos secesionistas como pueda serlo el BNG, que como es natural también acudió a la manifestación, no tienen desde luego planeado «consentir» al flamante gobierno de Feijoo la más mínima dejación en el proceso de «inmersión lingüística» galleguista iniciado por anteriores ejecutivos (y no sólo por el de Emilio Pérez Touriño) , incluso en lo que este mismo proceso pueda involucrar de persecución y marginación activa de la lengua española a precio de desconectar por la vía de los hechos a los gallegos de un idioma común al resto de los españoles además de a otros cuatrocientos cincuenta millones de personas repartidas por todos los continentes de la tierra.

Y es que, así las cosas, es precisamente a una tal persecución de la lengua nacional, a la que se comienza por motejar, orwellianamente, de «impropia» y por lo mismo de «postiza» (si es que, correlativamente se da por supuesto que la lengua «propia» de Galicia es en todo caso el gallego pero no, en modo alguno, el español), a lo que viene denominándose en la España de las autonomías «normalización lingüística»; un apelativo por cierto no menos orwelliano que sólo puede cobrar sentido desde el momento en que se presupone que el uso del español en las autonomías dotadas de lengua propia es algo sencillamente «anormal», una anomalía que, sin duda producto de la «larga noche del franquismo», habría que tratar de remediar paulatinamente –pero «sin dar pasos atrás»– una vez recuperada la democracia, mediante la imposición pura y dura del vascuence, del catalán o del gallego en las aulas de educación primaria y secundaria, pero también en las guarderías, las ofertas de empleo público, las cadenas de televisión autonómicas o locales, los rótulos callejeros, etc, etc, etc, en una suerte de macro experimento de ingeniería social y lingüística cuyas consecuencias a largo plazo no podemos siquiera comenzar a atisbar por el momento.

Ahora bien, una vez que procedemos a desenredar semejantes manipulaciones, resultará obvio que ni el uso del español el Galicia es el producto de una imposición ni tampoco tiene sentido pretender «recuperar» el gallego (pues en todo caso nunca se perdió ni pudo tampoco perderse) o , para el caso , tratar de dar pasos «adelante o atrás» (¿respecto a qué?) en una empresa tan surrealista como profundamente estúpida.

De hecho, tenemos que confesar que desde la perspectiva de la Fundación DENAES no se ve con demasiada claridad lo que quiera decir el Sr. Feijoo con su compromiso de «continuar con la labor galleguizadora de anteriores gobiernos del PP» al menos si es verdad que pretender «galleguizar Galicia» es operación redundante –por no decir ridícula– cuando nos mantenemos al margen de las mitologías de la identidad cultural tan cultivadas por los secesionistas. En todo caso exigimos al presidente de Galicia que, sin perjuicio de su «galleguismo» o incluso al margen de él, no dé un solo paso atrás en la defensa de la lengua nacional en esta región española.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA