Desde DENAES, orgullosos de atesorar en nuestro nombre esa misma N ahora desechada, no sólo pedimos la vuelta a una agencia nacional en vez de estatal, sino que además, exhortamos a nuestros gobernantes a que cumplan con su obligación comenzando por la salvaguardia de nuestros símbolos, unos símbolos que, precisamente por serlo, nos remiten a una realidad, la de la Nación Española.


aemet.jpgHablar del tiempo es un socorrido recurso cuando dos personas que no se conocen, coinciden, por ejemplo, un ascensor. Por otro lado, el tiempo, o más concretamente, las predicciones meteorológicas, ocupan un lugar preciso en la programación televisiva, medio que instauró en su día la figura del «hombre del tiempo».

Dicho «hombre» basaba sus predicciones en los datos obtenidos del Instituto Nacional de Meteorología (INM), heredero del Instituto Central Meteorológico fundado en el año 1887 por la reina regente María Cristina. Será en 1978 cuando el Instituto adquiera su condición de nacional, siendo así como la «N» se instale en sus siglas.

Treinta años después, en 2008, la «N» ha desaparecido, pasando el INM a designarse AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), organismo que asume las competencias de aquél.

Podrá el lector despreocupado pensar que este cambio, por ir referido a algo como «el tiempo», es baladí, una sustitución meramente superficial. Sin embargo, desde nuestra Fundación, celosa observadora de las manipulaciones nacionalistas consentidas por los partidos de implantación nacional, no podemos por menos que denunciar que tras este cambio se ocultan intenciones nada inocentes.

Porque, acudiendo a la opción recíproca ¿Es acaso inocente la letra N incrustada en el MNC (Museu Nacional d´Art de Catalunya)? ¿Acaso lo es en el caso de la reclamación de Nacional que algunas partes de España reclaman para sí? Parece evidente que tal sustitución responde a la estrategia de convertir a España en un simple envoltorio estatal, en un mero sistema de intercambio y administración de mercancías y servicios dentro del cual se incuban las naciones fraccionarias marcadas por el odio y rechazo de la condición nacional de la propia España.

Desde DENAES, orgullosos de atesorar en nuestro nombre esa misma N ahora desechada, no sólo pedimos la vuelta a una agencia nacional en vez de estatal, sino que además, exhortamos a nuestros gobernantes a que cumplan con su obligación comenzando por la salvaguardia de nuestros símbolos, unos símbolos que, precisamente por serlo, nos remiten a una realidad, la de la Nación Española.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA