Íñigo Errejón ha decidido presentarse con su partido de nuevo cuño, Más País, a las próximas elecciones generales. Las fricciones con Pablo Iglesias, siguiendo la ley de hierro de la oligarquía de Michels, han sido determinantes en la salida de Errejón de Unidas Podemos. Pero también detectamos algunas diferencias de estrategia política entre ambos líderes. Obviamente, Más País no puede ocupar el mismo espacio político que Unidas Podemos. ¿Qué novedad ofrece entonces la nueva formación de Errejón?

En 2012 se inició en Cataluña el proceso soberanista, conocido coloquialmente como el «procés». El objetivo era -es todavía- lograr la autodeterminación y la independencia de Cataluña. Mientras que PP, PSOE y Cs siempre se han opuesto al derecho a decidir, Podemos se ha pronunciado de otra manera en este asunto. Básicamente, la posición de la formación morada ha sido separar el plebiscito de autodeterminación y la decisión de los votantes. De esta manera, la formación de Pablo Iglesias ha manifestado en múltiples ocasiones que acepta el referéndum pero cree que los catalanes deberían negar con su voto la independencia. Para convencerles el propio Errejón, cuando militaba en Podemos, aseveraba que debemos «seducirles» para que no se vayan.

La situación en Cataluña da un giro importante en 2017, tras el referéndum de independencia del 1 de octubre, y, más en concreto, el 27 de octubre cuando se produce la declaración unilateral de independencia y el Gobierno de España interviene la autonomía de Cataluña mediante la aplicación del Artículo 155 de la Constitución Española. Tras la huida de Carles Puigdemont a Bruselas, temiendo represalias judiciales, y la querella de la Fiscalía por rebelión, varios políticos independentistas fueron enviados a prisión. Fue entonces cuando Pablo Iglesias, en un viaje a Buenos Aires, expresó estas palabras: «Es una vergüenza que haya dirigentes catalanes en la cárcel o en el exilio».

Podemos se implicó demasiado en el «procés» y a muchos españoles les pareció que se pronunciaban a favor del independentismo, a pesar de que algunos de sus dirigentes explicaban infructuosamente que no querían que Cataluña se marchara de España. Íñigo Errejón, un político astuto a pesar de su juventud, se apercibió de la sensibilidad de muchos españoles con el asunto de Cataluña y comenzó a virar hacia posiciones aparentemente más patriotas. También era una manera de preparar la salida de Podemos y perfilar su futuro político. La oportunidad estaba servida en bandeja de oro.

Así, en noviembre de 2017, en plenas turbulencias por el «procés», Errejón enseña su lado más patriota en una entrevista concedida a El Mundo y declara que le emociona la bandera de España. También destaca que «un partido progresista que no reivindica la identidad nacional no es útil». Parece que Errejón deseaba articular un nuevo espacio en la «izquierda» donde el patriotismo se pueda defender con tanta legitimidad como en las derechas.

Avanza el tiempo y Errejón, tras varios desencuentros con Iglesias y la fundación de Más Madrid, termina perfilando su proyecto político nacional. Al mismo tiempo, Errejón en declaraciones a La Sexta afirma que «España es tan de esos señores [de la «derecha»] como mía». Parece que el patriotismo ahora es uno de los elementos centrales de la propaganda de Más País, un partido que lo defiende abiertamente.

Pero detengámonos ahora en el nombre del partido. Más País hace referencia necesariamente a España. Sería un análogo entonces de «Más España». ¿Será esta circunstancia un obstáculo para buscar alianzas en los sectores más cercanos al independentismo? Parece que sí. Este es el peaje que tendrá que abonar Errejón por sacar la bandera de España. Mónica Oltra de Compromís solo ha aceptado el acuerdo con Errejón después de eliminar la palabra España. En Valencia concurrirán en coalición ambas formaciones con el nombre «Més Compromís». Los ecologistas de Equo han pactado también con Errejón para concurrir, pero en Cataluña y País Vasco, donde el independentismo es más poderoso, la formación ecologista se ha desvinculado de Más País. También destacamos la falta de acuerdo en Galicia con En Marea. Curiosamente, en las comunidades donde el independentismo se crece es donde Más País encuentra mayores dificultades para encontrar alianzas.

Coincidimos con Errejón en que España se puede -y sobre todo se debe- defender tanto desde las derechas como las izquierdas. Asimismo, no hay una sola idea de España: hay varias maneras de entender y defender nuestra patria. También entendemos hasta cierto punto que su partido tenga que mantener el equilibrio como un volatinero en la cuerda cuando se trata de sumar alianzas. Coincidimos también con Errejón en que el referéndum de autodeterminación no resolverá la situación en Cataluña. Dicen que este punto ha sido el que ha imposibilitado un acuerdo con la formación de Ada Colau, «En Comú Podem». Asimismo, podríamos aceptar que el patriotismo es también «la gente», siempre que se acepte que la capa basal, el territorio en el que vive «la gente» de Errejón que explota los recursos de la tierra para vivir, es vital para entender la patria.

En cambio, nos produce desconfianza la oposición de Errejón a los juicios del «procés», porque a juicio del líder de Más País el problema catalán solo se puede solucionar «con diálogo y entendimiento». ¿Pero no es precisamente la vía del diálogo, la cesión de competencias y la tolerancia de ciertos excesos la que nos ha conducido hasta aquí? ¿Acaso el independentismo podría haberse expandido tanto sin la cesión de ciertas competencias del Gobierno de la Nación como la educación, frutos del diálogo de los Gobiernos centrales con los líderes independentistas en otras épocas donde casi nadie atisbaba el problema en el futuro?

Aún con todo, esperemos por el bien de nuestra Nación que Más País sea Más España y no Más de lo mismo.

Marcos R. Márquez