Después de entrevistarse con el Presidente del Gobierno en la ronda de contactos para hacer frente a la amenaza separatista en Cataluña, el líder de Ciudadanos presentó en rueda de prensa cinco principios que sometemos a análisis


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Las entrevistas con los líderes de partidos nacionales en el Palacio de La Moncloa, tras la que tuvo Rajoy con Sánchez el primer día de contactos, han ido sucediéndose durante el fin de semana pasado. El viernes el Presidente del Gobierno departió con Alberto Rivera, de Ciudadanos, justo antes de que lo hiciera Pablo Iglesias Turrión. El líder de Podemos, cuyo discurso favorable al «derecho a decidir» no cambia ni por asomo, ha salido exultante de la reunión, y su pose frente al Presidente del Gobierno, arrogante y pretenciosa, daba a entender que para él constituía todo un triunfo haber sido invitado, quizás pensando que pocas posibilidades tiene de volver a visitar y menos aún habitar La Moncloa…

Sin embargo, dentro de la ronda de contactos, ha destacado la rueda de prensa que con posterioridad a su encuentro con Rajoy ofreció Alberto Rivera. En ella desgranó una propuesta que ya era conocida a grandes rasgos antes de reunirse con el Presidente del Gobierno: un «pacto por España» entre todos los partidos nacionales. Rivera ha afirmado que, gobierne quien gobierne tras las elecciones generales del 20 de Diciembre, quiere que se respeten cinco principios básicos: 1) Mantener intacto el artículo 1 de la Constitución Española de 1978, donde se atribuye la soberanía nacional al conjunto del pueblo español; 2) Asegurar la permanencia en el tiempo de la unidad territorial; 3) No sobrepasar la Constitución, considerada como el único marco a la hora de realizar cualquier tipo de reformas; 4) Un compromiso por la integración europea; 5) finalmente, el compromiso de no pactar con partidos que quieran romper la unidad de España.

Si acudimos al ideario y las manifestaciones de los diversos partidos que han participado en los contactos recientes, está claro que varios de ellos jamás se comprometerán a cumplir semejantes cinco puntos. Parece sencillo que el Partido Popular acepte semejantes directrices, pues no mantiene un solo pacto con sectas políticas que buscan la destrucción y cuarteamiento de la Nación Española ni pone en cuestión el actual marco constitucional. Rivera encontraría así en el Presidente Rajoy su mejor aliado para hacer valer estos cinco puntos.

Sin embargo, mirando al resto de partidos, el PSOE ya presenta reticencias importantes a semejante acuerdo: recordemos que su propuesta estrella es reformar la Constitución de 1978, para que España pase de ser un Estado unitario con competencias cedidas a las comunidades autónomas, a convertirse en un Estado federal de carácter «asimétrico», como decía Pascual Maragall, donde Cataluña, ya reconocida como estado federado al resto de España (pues se busca su «encaje»), disfrute de una serie de privilegios que no dependan de lo que decida la propia Nación Española. Esto es, el PSOE, a base de rechazar el punto 3) acabaría haciendo lo mismo con el 1) y también, pese a quien pese, con el 5), sobre todo en la Comunidad Valenciana con los separatistas de Compromiso y en Cataluña con un PSC que desobecede a Sánchez todo lo que puede y que ha pactado con separatistas en numerosos municipios catalanes… Ergo, el punto 2) también a la larga se vería seriamente comprometido.

Y qué decir entonces de Podemos, partido político de vaivenes demoscópicos constantes y cuya llegada al poder municipal y autonómico no ha podido ser un «laboratorio de pruebas» más desastroso, para ver la aplicación de sus propuestas y la calidad de sus improvisados líderes políticos. Está meridianamente claro que el partido comandado por Pablo Iglesias jamás aceptará el punto 1). Ellos quieren, al igual que los separatistas antiespañoles que parasitan Cataluña, que se permita la celebración de un referéndum legal de independencia (el pseudorreferéndum del año pasado el 9 N nadie, ni siquiera los propios separatistas que afirmaron ganar abrumadoramente, lo considera válido), o como ellos dicen de manera retórica y pedantuela, el «derecho a decidir», singular derecho que también conceden, en su falta de rigor conceptual (¡y eso que son nada menos que «profesores universitarios de Ciencia Política»!), al resto de comunidades autónomas españolas.

Un «derecho a decidir» que además no se basa en la mera voluntad ciudadana, en una mera «voluntad general», sino en la negación de la soberanía nacional: si el Artículo 1 de nuestra Constitución expresa (aun de forma bastante confusa y enrevesada, insinuando cierta inspiración roussoniana) que la soberanía reside en la Nación, Podemos directamente niega la Nación Española. Para estos conspícuos «profesores de Ciencia Política», que España tenga asiento en la ONU como nación política de pleno derecho y que Naciones Unidas tenga claro que Cataluña no es una colonia de España, no constituye prueba de nada; siguen afirmando y creyendo a pies juntillas que España es una «nación de naciones», una artificiosa «cárcel de pueblos» cuya única finalidad es permitirle a esos pueblos (que sin embargo, en una curiosa doble vara de medir, son una realidad incontrovertible para Podemos) el «derecho a decidir» si siguen o no en España. Todo ello rematado con el regalo de Iglesias a Rajoy de un ejemplar del Juan de Mairena de Antonio Machado, que para muestra de la indigencia intelectual del profesor, pues claramente no se lo ha leído, afirma en sus páginas que quienes dicen ser antes catalanes, andaluces, vascos, etc., que españoles, son en realidad españoles incompletos. Por supuesto, el punto 5) tampoco lo cumplirán en Podemos vistos sus pactos con los proetarras de Bildu en Navarra y sus loas a Arnaldo Otegui y otros miembros del entorno de ETA. Que nadie dude que también el cumplimiento de los puntos 2) y 3) se vería claramente comprometido…

Desde la Fundación Denaes valoramos muy positivamente el conjunto de los cinco puntos expuestos por Alberto Rivera tras su entrevista con Mariano Rajoy. Sin embargo, expresamos nuestras dudas sobre varios de los grandes partidos nacionales a la hora de cumplirlos, dadas sus manifestaciones constantes favorables a la federalización de la Nación Española o de permitir el «derecho a decidir» de los sediciosos por encima de la soberanía nacional, algo que han comenzado a aplicar a través de recientes pactos a nivel municipal y autonómico con sectas separatistas antiespañolas.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.