La Fundación Denaes denuncia la la ausencia de una verdadera estrategia por parte de los partidos de carácter nacional que permita neutralizar las políticas que desde hace décadas buscan la ruptura entre españoles


Una oportuna filtración, probablemente vinculada a la lucha partitocrática que se vive entre los partidos secesionistas radicados en Cataluña, ha servido para conocer algunos detalles de las íntimas relaciones que desde hace bastante tiempo vienen manteniendo el presidente de la Generalidad de Cataluña, máximo representante del Estado en tal región, y Oriol Junqueras, cabeza visible del partido independentista ERC.

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En el intercambio de mensajes vía teléfono móvil, hemos podido conocer el modo en que Mas le hace llegar a Junqueras unas discrepancias en relación con los próximos pasos que han de dar, de un modo entre acordado y coordinado, con el indisimulado propósito de avanzar en el así llamado proceso, es decir, en la mutilación de la Nación Española, que no otra cosa sería la independencia de Cataluña. Ahora, con luz y celulares, se han conocido nuevos detalles: Mas propone que, ante la contumaz negativa de los republicanos para formar parte de una lista conjunta, ERC se presente por separado, mientras él confecciona una lista completada por «personas que quisiesen de cualquier partido y los independientes que también quisieran».

Al parecer, sería en relación con el uso e incorporación a las listas de estas personas, donde residiría el núcleo fundamental del desacuerdo entre unos separatistas que se esfuerzan por competir ante su público en exhibir su fideísmo hispanófobo envuelto en balsámicas palabras como «soberanismo» o «derecho a decidir». Sin embargo, y en virtud de su condición de presidente de la autonomía catalana que tan generosamente ha financiado a organizaciones separatistas embozadas a menudo en el mito de la Cultura, Mas parece contar con el apoyo de destacadas figuras de la denominada sociedad civil, catalanista, por supuesto. En concreto, una de las personalidades emergentes con mayor popularidad sería la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), acompañada de personalidades provenientes de Omnium Cultural, entidades ambas caracterizadas por sus impagables, pese a su conocida financiación con dinero público, servicios a la causa de la sedición.

Todo ello ocurre un par de meses después que se celebrara la mascarada del 9N, extravagante votación que el Gobierno de la nación se cansó de manifestar que nunca tendría lugar. Sin embargo, lo cierto es que tal acto, de extrema gravedad, se produjo, y es ahora cuando arrecian una serie de acciones judiciales de las que cabe esperar pocos efectos reales en relación con los responsables de tan graves actos. Ocurre también, que la argucia que ahora se anuncia a través de los teléfonos, es involucrar a una serie de ciudadanos españoles etiquetados como independientes. Desde DENAES, institución precisamente constituida con un firme propósito tan patriótico como apartidista, no podemos sino alertar no ya de estas burdas maniobras del catalanismo, sino de lo que desde hace demasiado tiempo parece una cruda realidad: la ausencia de una verdadera estrategia por parte de los partidos de carácter nacional que permita neutralizar las políticas que desde hace décadas buscan la ruptura entre españoles.

Fundación Denaes, para la defensa de la Nación española