Como bien ha dicho Santiago Abascal, «a ETA no le preocupa el TAV ni otras banderas con las que se adorna en ocasiones, quiere destruir la convivencia nacional entre españoles y para eso asesina personas».


atentado-2.jpgEl asesinato del empresario Ignacio Uría Mendizábal a manos de la banda terrorista ETA, vuelve a ponernos delante la cruda realidad de la violencia y los crímenes contra España que sus ciudadanos llevamos sufriendo desde hace cuarenta años. Violencia frente a la que todos somos, por el mero hecho de ser españoles, potenciales víctimas.

Ignacio Uría Mendizábal era propietario de la empresa Altuna y Uría, una de las adjudicatarias de la denominada «Y vasca», del proyecto del tren de alta velocidad vasco, tantas veces boicoteado y amenazado por el entorno de ETA. Un proyecto, «ajeno a los intereses de Euskal Herria», según comunicado de la banda terrorista del 16 de agosto. Como responsable de las vías de comunicación que unen al País Vasco con el resto de España, Ignacio Uría era una persona situada en el punto de mira del terrorismo nacionalista vasco.

ETA no lucha por una causa «justa» y bienintencionada que simplemente se haya desviado en sus métodos, eligiendo los «violentos» en lugar de los democráticos, como constantemente se nos ha dicho desde los medios de comunicación a causa del denominado Proceso de Paz. Algo que también ahora, como siempre, insinúa Juan José Ibarreche en sus declaraciones tras el crimen cometido contra España, mostrándonos la habitual cobertura y complicidad del PNV con el terrorismo de ETA.

Por encima de mensajes falsarios y paternalistas, hay que dejar bien claro que el objetivo de ETA es la disgregación violenta y por medio de las armas de una parte de España, algo que no puede sino considerarse como un delito de lesa patria.

Para lograr sus objetivos, la banda terrorista no duda en usar de todo el terror y muerte del que es capaz en cualquier ámbito: ya sea un atentado en un aeropuerto como el que tuvo lugar en Barajas hace dos años, o el Tren de Alta Velocidad proyectado para el País Vasco, como es el triste caso de hoy. Como bien ha dicho Santiago Abascal, «a ETA no le preocupa el TAV ni otras banderas con las que se adorna en ocasiones, quiere destruir la convivencia nacional entre españoles y para eso asesina personas».

Una de las causas de que ETA siga asesinando como lamentablemente ha sucedido hoy, es que la banda terrorista sigue ostentando, mediante ANV, representación en distintos ayuntamientos vascos, como el de Azpeitia, en el que se ha producido el asesinato. Asimismo, los nueve escaños del parlamento vasco que ANV ostenta a día de hoy, son una cobertura legal para el terrorismo nacionalista dentro de las instituciones del régimen democrático de 1978. Un detalle que nos golpea brutalmente, incluso más que el atentado de hoy, ahora que nos encontramos a tres días escasos del treinta aniversario de nuestra Carta Magna.

Desde la Fundación DENAES, para la Defensa de la Nación Española queremos sumarnos a todas las convocatorias de repulsa a este atentado terrorista, destacando la que convocan la Asociación de Víctimas del Terrorismo y el Foro de Ermua hoy día 4 de diciembre a las 20:00 horas en Madrid (Pza. Cibeles), Bilbao (Pza. Moyua), Vitoria (Pza. Correos), San Sebastián (Pza. de la Diputación), Pamplona (Pza. del Baluarte –Monumento a las víctimas) y frente a todos los ayuntamientos españoles.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA