La amenaza separatista vasca, pese a mantenerse latente desde hace ya varios años en detrimento del separatismo catalán, está logrando enormes avances en Navarra, donde ya se plantea introducir la inmersión lingüística en eusquera


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No son pocas las veces que desde estas líneas hemos denunciado una característica de las amenazas formales de las sectas separatistas, las que aspiran a disgregar partes muy significativas de nuestra Nación Española: se trata de su carácter imperialista, expansivo a costa de robarnos más y más territorio a los españoles, y también a otras naciones vecinas, como es el caso de Francia.

Si los separatistas catalanes, durante estos últimos años llevando la voz cantante de las amenazas formales de nuestra Nación, aspiran a formar sus estúpidos y delirantes Países Catalanes, que incluirían toda la franja mediterránea española y la Cataluña Norte, provincia de Francia, en el caso del separatismo vasco sus aspiraciones no se quedan en disgregar de nuestra Nación las provincias de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, sino que ya se ve poseedor pleno de lo que en sus fantasías denominan como Euskal Herria: el País Vasco Francés, que se encuentra dentro de las fronteras francesas, Logroño y también Navarra formarían parte de su fabulosa nación fraccionaria.

Y es precisamente en Navarra, donde su flamante presidenta, Paloma Barkos, que gobierna precisamente de la mano de la marca blanca de ETA, Euskal Herria Bildu, por sugerencia de su Consejero de Educación, José Luis Mendoza, donde han comenzado a darse pasos muy significativos para implantar la inmersión lingüística en eusquera en esta comunidad foral. El primero: el 71 por ciento de las nuevas plazas de profesores que serán convocadas de forma inminente, lo serán para impartir la docencia en eusquera. Algo ridículo cuando esa lengua de laboratorio apenas es estudiada por la cuarta parte de los alumnos navarros.

Como es obvio, la desproporción más que evidente entre la demanda existente y la convocatoria de nuevas plazas responde a los criterios de estos sediciosos de Nafarroa Bai y Euskal Herria Bildu en lo que a la política se refiere: ir preparando el terreno para que la identidad española dentro de Navarra, al igual que sucede dentro del País Vasco, vaya quebrando y sea más fácil la secesión respecto a España. El primer objetivo político sería, como bien sabemos, la anexión de Navarra a las tres provincias vascas, algo ansiado tanto por los separatistas vascos «moderados» del PNV como el entorno de la banda terrorista separatista ETA.

Y es que al igual que los sediciosos catalanes alientan la formación de más y más separatistas mediante la expansión la inmersión lingüística en catalán y la difusión de su canal de televisión TV3, en los lugares que forman parte de ese delirio de Euskal Herria, las citadas La Rioja o Navarra principalmente, se difunde de manera profusa la televisión autonómica vasca, la ETB, cuya «lengua vehicular» es precisamente el artificioso eusquera. Seguro que los sediciosos vascos están de enhorabuena con la presencia en el popular concurso televisivo Gran Hermano de Aritz, que en no pocas ocasiones dentro del «confesionario», envuelto como se encuentra en una verdadera confusión de sentimientos, ha utilizado el eusquera públicamente, como si fuera la expresión natural de esos sentimientos y no el, para estos enajenados separatistas, «imperialista» idioma español…

La presencia de los separatistas vascos, que en festividades navarras tan españolas como el San Fermín (aquí no funciona la misma idea de destruir los toros de Osborne o de desterrar la tauromaquia), suelen capitalizar las fiestas mediante proclamas proetarras o la exhibición de gigantescas banderas ikurriñas. No cabe duda que para ellos Navarra es parte de su territorio, y poco les importa que, como sucede en Álava, donde fue hallado no hace muchos años el Cartulario de Valpuesta, primer documento escrito en español, nunca se haya hablado en eusquera o derivados suyos en la región: hay que imponer esa lengua artificiosa de laboratorio, cuya invención efectiva y «normalizada» data de mediados del siglo XX, para conseguir los objetivos de segregación y destrucción de la Nación Española que se han impuesto desde el surgimiento de estas sectas antiespañolas.

Los separatistas, presos sin embargo de un victimismo sin parangón, siempre han revestido sus reivindicaciones expansionistas apelando a una «legítima defensa» frente a la «agresión permanente al hecho diferencial vasco»; dirán que incluso el eusquera fue prohibido durante el franquismo, lo que es una falacia realmente notoria, pues fue durante este régimen anterior a la actual democracia coronada, a la Constitución de 1978 establecida «por consenso», cuando se fundaron las primeras ikastolas o escuelas donde la lengua que se utiliza y la que los niños utilizan para su aprendizaje es el eusquera.

Todo ello resultado de la permanencia en el tiempo de la Academia de la Lengua Vasca, donde se incubaron personajes tan repulsivos por sus delirios y actos contra España como el sedicioso Federico Krutwig Sagredo, fundador de la banda terrorista ETA. Hoy estas ikastolas son verdaderas escuelas de odio a lo español, de manipulación y moldeamiento de inocentes infantes que pueden quedar así marcados muy severamente para el resto de su existencia, auténticos individuos flotantes que se creen oprimidos por una España de la que forman parte quieran o no, y además viviendo en unas zonas de España donde la crisis económica, por mor de cupos y fueros, no se ha sentido de forma especialmente virulenta…

Desde la Fundación Denaes hemos de denunciar este avance por desgracia imparable de las políticas de inmersión lingüística llevadas a cabo por los separatistas vascos en Navarra y en otros lugares de España, auténtico germen de futuros sediciosos y de españoles que, pese a formar parte de inicio de una comunidad lingüística como la del español, con más de cuatrocientos millones de hispanohablantes, por mor del imperialismo separatista vasco pueden convertirse en verdaderos individuos flotantes, hablantes de una ridícula y minúscula lengua de laboratorio. Auténtica antesala de la segregación de partes muy significativas de la soberanía nacional española para formar un delirante proyecto político.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.