El próximo 28 de abril los españoles no estamos llamados a las urnas para designar Presidente del gobierno, sino para elegir diputados y senadores en nuestras respectivas circunscripciones electorales. Serán los 350 diputados elegidos quienes decidan finalmente la cabeza del poder ejecutivo. Los senadores en este punto no tienen ni voz ni voto.

En rigor, en España hay hasta 52 elecciones distintas (tantas como provincias además de Ceuta y Melilla) de características muy diferentes desde el punto de vista de la rentabilidad electoral. Así, en las provincias más pobladas, que son las mínimas, todos los partidos con un 5% de votos emitidos obtienen algún diputado; mientras que en las pequeñas (hay hasta 35 provincias en las que se eligen 6 o menos diputados) en muchas ocasiones hasta con un 18 % no se obtenía ningún rédito en forma de diputado. Todo ello de acuerdo con la famosa ley D’Hont.

En términos generales, de nuestro Sistema Electoral podemos afirmar, que ha favorecido de un lado a los grandes partidos en la medida que tradicionalmente han conseguido pescar en todas las circunscripciones, y de otro lado al voto concentrado en determinadas provincias, como es el caso de los nacionalistas. Los grandes derrotados, por tanto, han sido los proyectos de ámbito nacional que no superaban los 3 millones de votos.

Ahora bien; se ha abierto un nuevo escenario radicalmente distinto, que no tiene precedentes en la historia de la democracia española. Consiste en que los partidos mayoritarios van a obtener un porcentaje, según siempre las encuestas, aproximado a un 25%. Ello supone que el porcentaje para obtener un escaño para el resto de los partidos baje sensiblemente.

En este sentido, cabría la posibilidad que en las provincias de 3 diputados se asignen escaños a las dos primeras formaciones y con aproximadamente un 15 % siendo tercero otro partido obtenga un diputado.

Ejemplo práctico: Cuenca (de 3 diputados) Los resultados de las anteriores elecciones fueron: PP 45 %, PSOE 29%, Podemos 13 %, Cs 9% con resultado de 2 diputados PP y uno PSOE y el resto votos desperdiciados. Pues bien si se pasa a un PP 28%, PSOE 27% y un tercer partido con un 15%, este último partido obtendría el último diputado por Cuenca.  

Por otro lado también es posible que ante un escenario apretado en una provincia de 5 diputados, los 5 partidos que se presentan obtengan cada uno de ellos un diputado, siendo indiferente quien haya obtenido un 25% o un 15%.

Ejemplo práctico. Ciudad Real (de 5 diputados). Los resultados de las anteriores elecciones fueron: PP 38 %, PSOE 31%, PODEMOS 12% Cs 12% con resultado de 3 PP y 2 PSOE. Pues bien si se pasa a un PP 26 % PSOE 25 %, Cs 18 %, PODEMOS 15% y VOX 14 %, resultaría que los 5 partidos obtendrían un escaño cada uno.

En definitiva, estamos ante las elecciones de la historia en que con menor número de votos se puede obtener un mayor número de escaños, por demérito de los grandes partidos que ya no arrollarían en los distritos electorales menos poblados.

Ello conducirá necesariamente a pactos tripartitos, al menos, si se quiere investir Presidente del Gobierno.

 

Alberto Serrano Patiño