Pero, ¿qué es Europa al margen de la concurrencia de las diversas naciones que la conforman? ¿de qué «Europa» se va a hablar si como realidad política no existe? Esta fue la hasta hoy solapada verdad del debate político español que Mayor Oreja desgranó a través de sus intervenciones. Y no precisamente con triunfalismo.


oreja-aguilar--192x144.jpgLos debates políticos en televisión, llamados «cara a cara», siempre despiertan cierta expectación. Seguramente por las contadas ocasiones en que se producen, en una campaña electoral constituyen todo un acontecimiento. El de este lunes entre López Aguilar y Mayor Oreja no ha sido bien tratado, en general, por las críticas periodísticas debido a que, según parece, fue «aburrido», o eso es lo que se supone de acuerdo con la audiencia que prefirió otros programas. En cualquier caso, casi tres millones de espectadores de media, rozando en algún momento de la noche los ocho millones y medio, no son datos tan negativos.

Por nuestra parte, sin querer hablar en nombre de los españoles, pero sí desde los principios de nuestra Fundación, creemos que el debate, gracias a la intervención de Jaime Mayor Oreja, puso de manifiesto una de las verdades que se habían venido escamoteando por los dos grandes partidos en las anteriores campañas de elecciones europeas. Y es una verdad que el candidato del Partido Popular repitió sin que pudiera ser contestada por el del PSOE, a saber, que sólo desde España se puede tener algún papel relevante en el club europeo.

Estábamos acostumbrados a que «hablar de Europa» supusiese anegar la realidad española, o, como mucho, someterla a una comparación con el resto de socios de la UE de la que siempre saliera mal parada. Con la letanía orteguiana del «España es el problema, Europa la solución», los candidatos rivales se encontraban ante la dificultad de tener que apoyar la institucionalización del voto europeo, al margen de sus propuestas partidistas, si ello servía para acabar con un supuesto desinterés de los ciudadanos españoles por «Europa», como si fuera un logro común por la «democracia».

Y es verdad que muchos medios nacionales todavía siguen en este error. No hay más que ver la acusación de algún titular según el cual el debate «se enfrascó» en la política nacional, «olvidando a Europa». También sigue en él el PSOE.

Pero, ¿qué es Europa al margen de la concurrencia de las diversas naciones que la conforman? ¿de qué «Europa» se va a hablar si como realidad política no existe? Esta fue la hasta hoy solapada verdad del debate político español que Mayor Oreja desgranó a través de sus intervenciones. Y no precisamente con triunfalismo.

De ella nada pudo recoger el cedazo en blanco y negro del socialista. Pertrechado para poder repetir los lugares comunes con los que se quiere arrinconar al Partido Popular de la democracia española, es decir, la acusación de criptofranquismo, la España real, la de los cuatro millones de parados y la del español perseguido en las escuelas, le dejó sin argumentos.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA