Ni España es una federación de estados asociados ni el Parlamento es una cámara de representación territorial de donde se seguiría, simplemente, que no hay parlamentarios vascos ni catalanes ni murcianos en el Congreso de los Diputados y sí, exclusivamente, representantes de la soberanía de la Nación española como «Patria común e indivisible de todos los españoles».


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Como nuestros lectores saben muy bien ayer tuvo lugar en el Congreso de los diputados la votación para elevar a rango de ley el protocolo fiscal del País Vasco que viene denominándose, muy equívocamente, concierto vasco-navarro. En tal sesión parlamentaria, la propuesta de «blindaje» de la «especificidad» tributaria de tal «nacionalidad histórica» (en realidad, y al margen de los eufemismos, un verdadero régimen especial cuyos resabios foralistas apenas pueden embozar su carácter de anomalía antinacional emparentada con el Antiguo Régimen) contó por supuesto con el apoyo de los diputados del PSOE de Zapatero quienes, en su incansable búsqueda de estabilidad parlamentaria –así suele decirse– no parecen mostrar demasiado empacho a la hora de efectuar repugnantes genuflexiones ante Josu Erkoreka y sus muchachos del «grupo vasco».

Desde la Fundación DENAES ya hemos denunciado en repetidas ocasiones la medida en que semejante propuesta del PNV y compañía supone en realidad una suerte de consagración legal de un sistema de privilegios territoriales incompatibles, a la postre, con el «hecho constitucional» de la igualdad de todos los ciudadanos de la nación española. En este sentido, no puede menos que extrañar poderosamente no sólo que el PP del País Vasco haya insistido por activa y por pasiva en la defensa de los conciertos vasco-navarros, sino que incluso los tres diputados vascos del PP en el Congreso de los Diputados han roto la disciplina de voto de su partido y se han ausentado de la votación, iniciativa del PNV, en el Congreso.

Se dirá sin duda que al proceder de esta manera, tratarían dichos parlamentarios populares de defender los intereses de las Provincias Vascongadas en el Parlamento Nacional, demostrando de paso que el PP del País Vasco no representa una fuerza política subordinada «a Madrid» tal y como suelen sostener los jerifaltes del Partido Nacionalista Vasco o de EA o de Aralar. Sin embargo, este argumento además de que comienza por conceder demasiado a las premisas de las facciones separatistas (¿qué necesidad tienen los diputados vascos del PP de demostrar absolutamente nada al PNV?), sólo puede defenderse desde una enérgica petición de principio que empiece por dar por sentado que los parlamentarios del PP actúan o pueden actuar en tanto que «parlamentarios vascos» en lo referente a su condición de diputados de la Nación. Pero esto es precisamente lo que está por demostrar desde el momento en que ni España es una federación de estados asociados ni el Parlamento es una cámara de representación territorial de donde se seguiría, simplemente, que no hay parlamentarios vascos ni catalanes ni murcianos en el Congreso de los Diputados y sí, exclusivamente, representantes de la soberanía de la Nación española como «Patria común e indivisible de todos los españoles».

Desde la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española nos permitimos recomendar encarecidamente a los representantes del PP por las provincias de Álva, Guipúzcoa y Vizcaya que mediten detenidamente sobre su actuación por omisión en la Cámara Alta del Parlamento Nacional.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA