Si el nacionalismo catalán tuvo en su origen grandes componentes racistas, ahora que los próceres de la nación catalana han dejado de medir cráneos, la dirección tomada es muy otra. Se trata de pasar del provincianismo nacionalista, un provincianismo hecho a menudo contra «Madrid», a un comarcalismo de tintes reaccionarios que busca dar una fenoménica imagen de nación compuesta por muy diversas tierras.
Contraviniendo claramente la Constitución en su artículo nº 137, según el cual: «El Estado se organiza territorialmente en Municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan», el Presidente de la Generalidad de Cataluña, José Montilla, sabedor de la impunidad con la que se le permite actuar, ha impulsado uno de los contenidos de su sedicioso programa electoral.
En efecto, en la jornada de ayer se dio vía libre al proyecto de veguerías, según el cual, Cataluña, al menos a «efectos administrativos internos», quedará dividida en 7 veguerías o comarcas, plan que, en palabras del de Iznájar, sería coherente con la Historia de Cataluña, para después apresurarse a manifestar que la nueva división no incrementará el número de funcionarios. Según Montilla, el propósito marcado, es el de acercar la Administración al ciudadano.
Y mientras Montilla y sus acólitos se disponen -–lo reconozcan o no– a hipertrofiar la capa conjuntiva de la sociedad catalana, el Tribunal Constitucional, compuesto por jueces «progresistas» y «conservadores», dóciles con quienes allí los pusieron, calla ante estas decisiones que se hallan recurridas desde hace años.
Si el nacionalismo catalán tuvo en su origen grandes componentes racistas, ahora que los próceres de la nación catalana han dejado de medir cráneos, la dirección tomada es muy otra. Se trata de pasar del provincianismo nacionalista, un provincianismo hecho a menudo contra «Madrid», a un comarcalismo de tintes reaccionarios que busca dar una fenoménica imagen de nación compuesta por muy diversas tierras.
Desde DENAES, no podemos sino oponernos a este proyecto, mientras esperamos la decisión del TC en torno al Estatuto Catalán, Estatuto que, según algunos estudiosos, en concreto el filósofo José Antonio López Calle constituye un verdadero golpe de estado
No obstante, si desde Cataluña las malas noticias para España no deja de arreciar, desde el País Vasco, donde se ha producido la colaboración entre partidos mayoritarios por la que abogamos, llega una buena nueva. En efecto, el tribunal vasco estimó este miércoles un recurso del Gobierno navarro y declaró nulos los apartados del decreto de la consejería vasca de Educación donde se incluía a la Comunidad Foral dentro de «Euskal Herria».
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA