Una de las últimas entrevistas realizadas a Don Sabino Fernández Campo, realizada por Rosana Belenguer Crespo, finalista en el Premio Nacional de Oratoria Gabriel Cisneros en el periódico El Rotativo
Hablar con Sabino Fernández Campo es tener
un vivo testimonio de la historia de España.
Con 90 años y una lucidez pasmosa,
reconoce que le cuesta bastante adaptarse a los nuevos tiempos, pero se muestra “completamente
dispuesto a intentarlo”. Siempre
destacado por su sencillez y buen hacer, comenta
que su participación en la historia ha sido modesta, cumpliendo en puestos secundarios
y a las órdenes de alguien, aunque sí
se atribuye “la lealtad y el servicio absoluto
al deber hacia la Corona”.

Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa Real. J. MANCHADO
3º PERIODISMO
Pregunta. ¿Qué opina de la tendencia
a la socialización monárquica?
Respuesta. Es natural que las monarquías
estén más unidas al pueblo
y se modernicen, pero no demasiado.
Tienen una tradición, una diferencia
marcada que no puede equipararse
con cualquier cosa. El
hecho de que deban vulgarizarse
me parece que no es acertado.
P. Esta equiparación ha llevado
a polémicas como el libro de Pilar
Urbano sobre Doña Sofía.
R. La verdad es que no entiendo
ese libro, ni que la Reina haya hecho
esas declaraciones. Yo puedo
coincidir absolutamente en todo lo
que dice, pero no con que lo diga.
P. Como jefe de la Casa Real,
¿tuvo mucha dificultad a la hora de
mantenerse cauteloso?
R. Para mí fue un honor estar en
la Casa Real, primero como secretario
general y luego como jefe. Pude
presenciar muchos acontecimientos
al lado de Sus Majestades los Reyes,
a quienes admiro mucho. Pero en
esos puestos no se puede estar diciendo
lo que quiere el asesorado,
sino lo que uno siente de verdad, sin
tratar de halagar.
P. ¿Considera que tenía enemigos
dentro de la Casa Real?
R. No creo.Yo tenía un equipo
muy agradable, nos reuníamos con mucha frecuencia llevando siempre
adelante el papel que a uno le corresponde
en su plena responsabilidad.
Tengo recuerdos buenos de todos
los que coincidimos y sigo
manteniendo relación con algunos.
P. Por lo que dice no le gusta
mucho hablar del 23-F, pero la pregunta
es inevitable. ¿Cómo lo vivió?
R. Muy directamente porque estaba
al lado del Rey, que fue quien
puso fin a aquella intentona absurda.
No sé lo que pretendían aquellos
que participaron y el Ejército
sufrió mucho las consecuencias. El
Consejo de Guerra fue bastante penoso,
los que se habían equivocado
se acusaban mutuamente.Así que si
hay que recordarlo, es para que no
se vuelva a repetir.
P. ¿Qué papel tuvieron las Fuerzas
Armadas en la Transición?
R. Un gran papel para dar seguridad
y ser ejemplo de imparcialidad imparcialidad
y serenidad.A pesar de eso, hubo
momentos en que tuvieron
algún disgusto. Por ejemplo, la forma
de reconocimiento del Partido
Comunista, porque el presidente
prometió que iban a legalizar a todos
los partidos excepto a éste, y no
fue así.
P. Viendo la situación política
en España, ¿piensa que es necesaria
una segunda Transición para
que vuelva a estar unida?
R. La Transición fue un ejemplo
a seguir, con algún fallo tal vez justificable
por las circunstancias. Cada
partido y cada persona renunció
a una parte de sus pensamientos
para poder amoldarse a los de los
demás. Creo que en momentos difíciles
como ahora, la unión de todas
las tendencias es fundamental, preservando
sus especialidades pero
sacrificando ideas.
“Veo muy difícil
una reforma de la
Constitución, pero
hay que vigilar el
nacionalismo para
que no vaya a más”
P. ¿Con estos fallos se refiere a
las autonomías?
R. Decididamente sí. Creo que
aquello del famoso “café para todos”
fue clave para salir de un paso
difícil, pero las consecuencias no
son favorables. Son la base de unos
afanes independentistas, de controversias
entre las propias autonomías
y ahora todavía más con el
reparto de fondos. Si se hubiera evitado
quizá estaríamos mejor.
P. ¿Entonces es partidario de
una reforma de la Constitución?
R. La veo muy difícil. Creo que
habría que empezar por no desbordar
ese sistema, sino limitarlo cada
vez más. En estos momentos, con
los intereses creados y las ideas que
dominan sería muy complicado suprimir
ese sistema, pero sí vigilarlo
para que no fuera más allá.
Ley Sálica
Sabino Fernández Campo nació
en Oviedo en 1918.
Además de su actividad militar,
destaca por sus cargos
políticos como subsecretario
de la Presidencia del Gobierno
de Arias Navarro. Pero es
en 1977 cuando fue designado
por Juan Carlos I secretario
General de la Casa y jefe
hasta 1993. De la monarquía
destaca que debe “tener la
preocupación de ser ejemplar
en todos los sentidos”.
Por ello, considera que una
de las funciones reales es
“poder enterarse de las cosas
y saber abordarlas antes de
que se produzcan”.
En relación con la ley Sálica,
Fernández Campo explica
que al haber adquirido la mujer
un gran papel en la sociedad,
“resulta absurda la discriminación
en la Corona”.
Extraído de El Rotativo, marzo de 2009.