En noviembre de 2014 el Gobierno Vasco presentó el Plan “Zuzen Bidean”, traducido al español “Camino correcto”. En la introducción se señalaba el objetivo fundamental del proyecto, recomponer el estado de normalidad penal y penitenciaria, una vez desaparecida la amenaza del retorno al terrorismo por parte de ETA. Por supuesto en el texto no faltan las consabidas expresiones que sirven para justificar toda exigencia nacionalista, como convivencia política y social, reinserción de presos y desde luego DIALOGO, considerado punto de partida y referencia del plan. Todo un repertorio de términos en los que se amparan todos aquellos que se autoproclaman “demócratas” para imponer sus secesionistas exigencias frente a la Nación española. Por si nos pudiera quedar alguna duda, se aclara que el nombre elegido “Camino correcto” lo que sugiere es abandonar los atajos e incentivar el debate. Así ha sido, se han abandonado los atajos, de eso no cabe duda. Ya en 2014 vemos recogido por escrito, en un documento de un gobierno de una Comunidad Autónoma de España muchas de las cuestiones que en 2020 se están culminando, como la transferencia de las competencias de los centros penitenciarios al gobierno vasco, el acercamiento de los presos a las cárceles próximas a sus lugares de residencia, o la excarcelación de presos.

Volvamos al año 2015. En el mes de junio el presidente del gobierno vasco, Íñigo Urkullu anuncia públicamente “el desarrollo detallado de reinserción legal y viable adaptada a la realidad” para los presos de ETA, conforme lo recogido en el citado plan “Camino correcto”. Para tener bien informados a los posibles beneficiados de dicho plan, en abril de 2016 la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, remite individualmente a cada preso de ETA un documento “informativo” para hacerles saber los beneficios penitenciarios a los que poder acogerse. Como puede verse, no se trataba de una vaga idea, de una intención, se trataba de proyecto elaborado y ejecutable, y así ha sido. Como sabemos el ejecutivo vasco asumirá en marzo de 2021 la gestión de los tres centros penitenciarios situados en la comunidad autónoma tras el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. En cuanto a los presos etarras beneficiados por la política de acercamiento del actual ejecutivo español, estos alcanzan la nada desdeñable cifra de 105 desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, acumulando un total de 87 asesinatos. No podemos olvidar tampoco las excarcelaciones, como la del exdirigente de ETA Iñaki Bilbao Beaskoetxea (Iñaki de Lemona) quien abandonó la prisión de Valdemoro el pasado 1 de octubre, o Gorka Fraile Iturralde, en libertad condicional desde julio de 2020, entre otros. Desde el pasado mes de junio han quedado en libertad un total de 13 presos de ETA.

 

De nuevo retrocedamos en el tiempo. En los gobiernos presididos por José María Aznar se llevaron a cabo 426 traslados de etarras, con José Luis Rodríguez Zapatero se realizaron 237 acercamientos, con Mariano Rajoy, otros 40 reclusos de la organización terrorista fueron aproximados a cárceles vascas. Es importante recordar que el acercamientos de presos es competencia de la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias, por tanto, del Gobierno, sea cual sea este. No cabe duda de que todos estos gobiernos han realizado acercamientos de etarras a las cárceles vascas, a cambio de apoyos necesarios por parte de los nacionalistas vascos para diferentes cuestiones. Por tanto, esto no es nuevo, no se ha producido solamente en el último año, y no solo respondiendo a las exigencias de EH Bildu. No olvidemos el activo papel que en la política de acercamientos a lo largo de los años ha tenido el ejecutivo autonómico del PNV, partido no precisamente “de izquierdas”, ante cuyas exigencias han cedido los citados ejecutivos nacionales, para beneficio de los etarras.

Centrándonos en el actual ejecutivo, presidido por Pedro Sánchez, el 40% de los acercamientos realizados se han autorizado durante la negociación presupuestaria. No es casual, ni mucho menos. Se trata de un pago del ejecutivo a EH Bildu, a cambio del apoyo a los presupuestos de Sánchez. No lo decimos solo nosotros, el propio Arnaldo Otegui en septiembre de este año lo dijo. Esperaba “cambios notorios” en la política penitenciaria del gobierno, para poder avanzar en los acuerdos presupuestarios. Así ha sido, y se han aprobado sin problema los presupuestos generales del estado con el apoyo de EH Bildu.  Una vez más se cede ante los nacionalistas, esta vez ante los bilduetarras, que no dudan en declarar no tener interés en la política española, y sí en llegar a la República Vasca, que hablan de Estado confederal asumiendo que España es un Estado plurinacional, con diferentes naciones que se pueden confederar. Con estos ha pactado el actual gobierno español, uno de cuyos ministros José Luis Ábalos, no ha dudado en alabar a EH Bildu por “hacer un esfuerzo por normalizar”. Desde luego parece sin duda que tratan de normalizar la segregación de España, pactando con los que buscan esta desde hace lustros. No nos equivoquemos, el acercamiento y la excarcelación de presos etarras no es una simple cesión a cambio de los presupuestos, se trata de un paso más en el proyecto de disgregación de España, que no han evitado todos aquellos que poco a poco han ido cediendo a las exigencias y pactos impuestos por los nacionalistas. Como pudimos escuchar hace poco a Ana Velasco Vidal-Abarca, cuyo padre fue asesinado por ETA, “a las víctimas del terrorismo, a todas, las han matado para atacar a España”, no lo olvidemos. Con los que exigen el acercamiento de los asesinos, algunos de ellos históricos miembros de ETA, ha pactado nuestro actual gobierno.

Teresa Chinchetru Del Río