Libertad Digital
El propio Rey Don Juan Carlos anunció en un corrillo con periodistas que publicaría una carta en su página, en relación con el desafío secesionista encabezado por el gobierno catalán. Así el Rey lograba generar una gran expectación ante una posible respuesta a Artur Mas.
Minutos después, la web de Zarzuela publicaba la misiva -es la primera vez que el Rey escoge internet como medio para hacer un comunicado- en la que no se menciona lo sucedido la pasada semana en Cataluña, ni al Gobierno catalán ni su presidente. Pero sí se hace un llamamiento a la «unidad» para salir de la «difícil coyuntura económica, política y social» y se critica a quienes pretenden «dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas».
En lo que parece una referencia directa a la escalada independentista en Cataluña, el Rey añade que «no son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia». El monarca hace además una defensa «del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido» y, una vez más, apela a «los valores de nuestra Transición Democrática».
De todos modos, pese a la expectación creada y la gravedad de los acontecimientos que están sucediendo en la Nación, esta carta del Rey no se diferencia demasiado de los mensajes que transmite habitualmente el monarca en sus discursos o en sus apariciones televisivas en Navidad.
Al parecer el mensaje hecho público ha sido una iniciativa del monarca, aunque consultó con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien le pareció bien, informaron a Europa Press en fuentes de Zarzuela. El contenido íntegro del mensaje del Rey, publicado en la página web de Casa Real, es el siguiente:
No soy el primero y con seguridad no seré el último entre los españoles que piensa que en la difícil coyuntura económica, política y también social que atravesamos es imprescindible que interioricemos dos cosas fundamentales.
La primera es que solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. Estamos en un momento decisivo para el futuro de Europa y de España y para asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar. En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia. Son, por el contrario, los más adecuados para la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido.
La segunda es que, desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en particular en nuestra Transición Democrática: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general, la renuncia a la verdad en exclusiva.
Son esos los valores de una sociedad sana y viva, la sociedad que queremos ser y en la que queremos estar para superar entre todos las dificultades que hoy vivimos.