Por culpa de Zapatero, el problema nacional se ha convertido en una enfermedad estimulada desde el propio Palacio de la Moncloa. Algo que hay que tener en cuenta antes de votar la próxima vez.
Está causando general estupor la proliferación de gestos “patrióticos” del Gobierno, que parece haber descubierto el valor de la nación española… a seis meses de las elecciones. Es perfectamente posible que un buena porción de la opinión pública, deliberadamente ciega, o quizá mal informada, tome en serio este nuevo giro de la política de Zapatero y no sea capaz de advertir –porque nadie se lo ha explicado- que no es más que una maniobra electoral.
A esos españoles habrá que recordarles que este “neopatriota” es el mismo que gobierna en Cataluña con los separatistas radicales de Esquerra, que gobierna en Baleares con un conglomerado de ultraminorías nacionalistas, que gobierna en Galicia con los secesionistas del BNG, que ha declarado su intención de gobernar el País Vasco con el PNV. El mismo que ha sometido a la unidad nacional española a su peor crisis desde 1978 y que no ha dudado en devolver a ETA presencia política.
Los problemas de España no han empezado ahora, pero, por culpa de Zapatero, el problema nacional se ha convertido en una enfermedad estimulada desde el propio Palacio de la Moncloa. Algo que hay que tener en cuenta antes de votar la próxima vez.