¿Acaso es la falta de interés de los españoles por la propia Nación lo que les lleva a buscar en Z a su mejor representante, ese histrión del gobernante?


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Ambos han sido elegidos mediante votación popular; uno, por la democracia española y el otro, por la “democracia” del telemando.

Ya sabemos que las comparaciones son odiosas, pero hay algunas cuya oportunidad nos la sirve la propia realidad. Y es que si el éxito del humorista que va a representar a España en Eurovisión disfrazado de roquero friki con guitarra de juguete tiene mucho que ver con la productora El Terrat, de la órbita ideológica catalanista, cualquiera diría que hay una estrategia orquestada por los enemigos de la Nación para que aquí todo sea una broma.

Pero no hay tal. Votantes de urna y de telemando son los responsables de aquello que eligen sin que el descalabro de los resultados nos permita justificarlos mediante la falacia del quid prodest (¿a quién beneficia?). Según dicen del humorista, ha ganado porque ya es hora de que nos burlemos de un festival de música que ha perdido el interés. Ahora bien, y del presidente, ¿qué razones pueden explicar que se vote a quien ha hecho de la propia España el “hazmerreír” de la política? ¿Acaso es la falta de interés de los españoles por la propia Nación lo que les lleva a buscar en Z a su mejor representante, ese histrión del gobernante?

Es lo que cabe pensar tras la renovación de un presidente cuya estrategia en la llamada “lucha antiterrorista” ha sido la de ceder al chantaje y claudicar ante las amenazas etarras. Por eso poco han tardado sus socios de pacto, tras haber asesinado al exconcejal socialista en la víspera del día de reflexión, en recordarle a Z que esta muerte es un anticipo de lo que puede venir si no se reedita la abandonada negociación.

Seguramente ya se estarán ultimando los nuevos “contactos” para que los españoles disfruten de la paz y la diversión que, no ya el festival de la canción, sino el fin de su Nación, les podrá deparar gracias a la mediación de Z.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA