La unidad no será tal si no descansa sobre unos principios firmes.
El terrorismo vuelve a matar. La respuesta de España, así de la sociedad como de sus políticos, tiene que ser firme y rotunda: nadie puede humillar a la nación; con la ley en la mano, hay que acabar con el terrorismo. Ahora los españoles esperan que sus políticos estén a la altura de las circunstancias. Eso pasa necesariamente por la unidad entre los dos partidos mayoritarios. Contra el terrorismo, unidad nacional. Pero no bastará una foto en la escalinata de La Moncloa o una escenificación en las Cortes. La unidad no será tal si no descansa sobre unos principios firmes. Queremos unidad en torno a una voluntad decidida de acabar con el terror. Los primeros pasos que ha dado el Gobierno, visiblemente traumatizado por el retorno de las muertes, son confusos y dubitativos. El Gobierno tiene que salir de su estupor. Lo que está en juego es mucho más que las próximas elecciones; es la libertad de los españoles.