La vergüenza nacional no es que tales hechos puedan suceder y hayan venido sucediéndose durante años sin que nadie haya impedido la institucionalización de estas organizaciones; sino que parezca permanecer ignorada la verdadera razón de su actividad destructiva: España

Ayer por la tarde, la organización secesionista gallega AGIR hacía pública su responsabilidad en el acto de boicot ocurrido por la mañana contra la conferencia de María San Gil en la Universidad de Santiago de Compostela. Gracias al equipo de escoltas, entre los que hubo heridos, la política pudo dar su conferencia, pero tuvo que sufrir, tanto a la entrada como a la salida, entre bárbaros gritos de “fascista”, “española”, y “Ojalá te mate ETA”, el acoso de este grupo de energúmenos.
De la solidaridad de este y otros grupos secesionistas gallegos con el terrorismo vasco bastan sus palabras, pero es que, además, junto con esta noticia, se han dado a conocer los datos que prueban su estrecha colaboración con grupos “estudiantiles” como Ikasle Abertzaleak, y del entorno de Batasuna-ETA. Entre los más evidentes, por ejemplo, la celebración de jornadas y conferencias de adoctrinamiento político en Galicia, suponemos que en locales públicos y sin que las autoridades, a lo largo de estos años, lo hayan impedido.
La importancia en la vida nacional de la valiente política vasca es, seguramente, por lo que estos hechos han trascendido a los medios. Pero igualmente podía haber sido noticia ya el viernes pasado que en La Coruña, en un acto convocado por una asociación que defiende el español en Galicia, Mesa por la Libertad Lingüística, el secretario general de Nuevas Generaciones del PP en la provincia, Miguel Ángel Robleda Llorente, resultó herido y tuvo que ser atendido en el hospital. Y en Vigo, al día siguiente, otro altercado con los mismos protagonistas, secesionistas frente a defensores de la lengua española…
La vergüenza nacional no es que tales hechos puedan suceder y hayan venido sucediéndose durante años sin que nadie haya impedido la institucionalización de estas organizaciones, no por minoritarias, menos peligrosas; sino que parezca permanecer ignorada la verdadera razón de su actividad destructiva: España. Ni la Libertad, ni el Estado de Derecho, ni la Democracia, a pesar de que sean estas las ideas que suelen invocarse contra el terrorismo. Ninguna organización terrorista secesionista en España lucha por eliminar “la Libertad”, pues busca la suya propia; o “el Estado de Derecho”, con el que dotará en un futuro a su “oprimida nación”, ni menos aún, “la Democracia”, que dicen querer instaurar realmente.
La prueba de lo que decimos está en lo último que acaba de suceder en Galicia: ante la propuesta del PP gallego para dar un comunicado institucional conjunto de protesta, el Partido Socialista de Galicia y el Bloque Nacionalista Gallego no han apoyado el documento. Y, sin embargo, todos han dicho lo mismo: defendemos la Libertad, el Estado de Derecho y la Democracia. Nada de España.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA