Desde DENAES no podemos sino recalcar que ninguna sociedad política puede abrir de par en par sus fronteras, pues dicha apertura conduce de forma directa a trágicos episodios como los vividos en La Mojonera. Al mismo tiempo, consideramos imprescindible la trituración de la viscosa ideología que da cobertura a peticiones tan irresponsables e infantiles, por mucha pancarta o lema ocurrente que les dé amparo.


inmigrantes.jpgEl asesinato de un subsahariano a manos de varios súbditos marroquíes en la localidad almeriense de La Mojonera, y los disturbios desencadenados con posterioridad, ponen de manifiesto lo feble de la ideología políticamente correcta que impregna a la sociedad española, y principalmente a la llamada clase política, en especial, a la izquierda divagante.

No hace mucho que grupos autodenominados, sin mucha precisión, «de izquierdas», pedían a gritos por las calles la concesión de «papeles para todos», refiriéndose, claro está, a los inmigrantes que de forma clandestina se habían introducido en suelo español. El argumento, al parecer incontrovertible, empleado por estas luminarias del nuevo pensamiento, era nada menos que la certeza de que «ningún ser humano es ilegal».

Y en efecto, ningún ser humano es ilegal. De hecho, tanto el muerto como los homicidas, tengan o no sus papeles en regla, en tanto que seres humanos, no son ilegales, mas tampoco legales. Nos explicaremos:

Cuando el manifestante grita a voz en cuello que ningún ser humano es ilegal, hemos de advertirle que los seres humanos a los que pretende defender, pertenecen sin excepción a una sociedad política determinada. Con su documentación en regla o no, los inmigrantes tienen una nacionalidad que en absoluto permite su adscripción al Género Humano, amable construcción que nos remite más al mundo de la biología o a las clasificaciones linneanas, que a la política real.

Pero por si fuera poco el desatino de estos hospitalarios manifestantes cuyas aspiraciones, de llevarse a cabo, destruirían por completo la nación española, la obstinada realidad les da una vez más la espalda con casos como el acaecido en Almería, reyerta que en absoluto es un caso aislado. Porque lo cierto es que esos mismos representantes del Género Humano, que según nuestros manifestantes habrían venido a España, entre otras cosas, a «enriquecernos culturalmente», se reúnen con criterios nacionales, religiosos e incluso racistas. Problemas de convivencia que se ven agravados cuando, como es el caso, sus puestos de trabajo son codiciados no sólo por otros inmigrantes, sino por españoles, se supone que tan humanos como ellos.

Desde DENAES no podemos sino recalcar que ninguna sociedad política puede abrir de par en par sus fronteras, pues dicha apertura conduce de forma directa a trágicos episodios como los vividos en La Mojonera. Al mismo tiempo, consideramos imprescindible la trituración de la viscosa ideología que da cobertura a peticiones tan irresponsables e infantiles, por mucha pancarta o lema ocurrente que les dé amparo.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA