Gustavo Bueno Martínez: «Rajoy es muy zorro, otra cosa es que sea eficaz…»
Exactamente un mes después de las votaciones regionales del 27 de septiembre, interpretadas interesadamente desde las filas del secesionismo catalán como una consulta hecha a «los catalanes» en relación a su opinión al respecto de proclamar una república catalana, el Parlamento de Cataluña ha sido escenario de la puesta de largo de una documental declaración de independencia.
El texto impreso, escueto pero muy claro en cuanto a las intenciones, viene a suceder a las declaraciones Carmen Forcadell, quien ha hecho carrera política desde esa plataforma sediciosa llamada Asamblea Nacional Catalana. En efecto, tras medrar gracias al agit prop catalanista, la Forcadell es hoy presidente de un Parlamento que es teatro de las más variadas ofensas y delitos contra la Nación Española. Ella fue quien en su toma de posesión gritó «¡Visca la república catalana!», dando así continuidad a la tradicional carrera que mantienen los sectarios catalanistas por demostrar quién es más hispanófobo.
Sea como fuere, y por más análisis que se quieran hacer de los resultados de las votaciones septembrinas, lo cierto es que quienes han publicado semejante documento son esa amalgama entre las clásicas derechas catalanistas y los históricos republicanos: Juntos por el Sí (a la independencia, se entiende) y la versión batasunizante del catalanismo: las CUP.
Unidas por el común odio a España, las citadas facciones se disponen, excuse el lector la cursilería, a desconectar Cataluña del resto de España. O, como ellos mismos dicen, de España, pues siempre enfangados en peticiones de principio, ya consideran soberana a la Cataluña que pretenden convertir en independiente…
Presentados de este modo los hechos, Mariano Rajoy, actual presidente del Gobierno, que se presentará a las elecciones del 20 de diciembre como candidato a ese puesto por el Partido Popular, ha hecho unas breves y sintéticas declaraciones a la prensa en una jornada que arrancó con los registros a las moradas del clan delictivo que responde al apellido Pujol.
De entre sus escasas palabras cabe destacar su compromiso de que el Estado frenará lo que el gallego ha tildado de «provocación». Para neutralizar a los independentistas, y sin concretar cuáles, asegura Rajoy que se pondrán en marcha todos los mecanismos que proporcionan la Constitución y las leyes españolas, sin excepción alguna, afirmación que parece aludir al tan comentado artículo 155. En relación con la toma de esta medida legal que tantas veces ha podido ya ser activada en los últimos años, nada añadiremos a lo comentado en nuestro editorial del día 19 de octubre
Cabe, no obstante, analizar otros aspectos de lo ocurrido en el Parlamento de Cataluña. Veamos.
Durante el día se ha escuchado a periodistas, analistas e incluso a algunos responsables políticos, subrayar el hecho de que los que tal documento han confeccionado no tienen una mayoría de votos de los censados en Cataluña. Cálculo que, según nos parece, dista mucho de ajustarse a la realidad, pues atrapados en el más fideísta fundamentalismo democrático, varios de los partidos contabilizados como no independentistas –PSC o Podemos- han demostrado beber los vientos por el llamado «derecho a decidir», o lo que es lo mismo, por la independencia de facto de Cataluña.
En tales circunstancias, ante la flagrante falta de apoyos, hemos de inscribir el cauteloso, a veces entendido como tancredismo, del presidente del Gobierno. Con un PSOE obsesionado con la transformación, por la vía del federalismo, de una España compuesta por ciudadanos cada vez más desiguales en derechos, Rajoy debe manejar los tiempos con habilidad, consciente de que quienes tal desafío han lanzado a la Nación son unos consumados trileros, una facción desleal y oportunista que en su enfermizo odio a España, buscarán cualquier resquicio para burlar la ley y saquear a los españoles a imagen y semejanza como ha hecho el otrora muy honorable con el que pactaron PSOE y PP.
En tales circunstancias conviene recordar las recientes palabras de uno de los patronos de la Fundación DENAES, Gustavo Bueno Martínez: «Rajoy es muy zorro, otra cosa es que sea eficaz…».
Fundación para la defensa de la Nación española