¿Estima Rajoy que sus casi diez millones de votantes podrían, «en el nombre de la intimidad», considerar como una cantidad despreciable declaraciones como las del pasado sábado?


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«Mañana tengo el coñazo del desfile. Un plan apasionante». En estos términos, como todo el mundo sabe ya a estas alturas, se dirigía hace unos días el líder de la oposición, don Mariano Rajoy, a Javier Arenas (dicho sea de paso, uno de los responsables del «estatuto» que define a Andalucía como una nacionalidad fundada por Blas Infante) en el transcurso de una conferencia del Partido Popular. Naturalmente, y con el objeto de salir al paso del revuelo generado por semejante salida de tono registrada por un «micrófono indiscreto», enseguida pudo, el equipo de don Mariano, emitir un comunicado en el que, lejos de rectificar, se trataba de poner en sordina tales palabras aludiendo al carácter «privado» de dicha confidencia como si tal «privacidad» pudiese en modo alguno justificarla.

No obstante, a no ser que nos mantengamos recluidos en una concepción metafísica y puramente subjetivista de la «privacidad» (como la que, mucho nos tememos, mantiene el propio Mariano Rajoy), habremos de notar necesariamente que semejante «intimidad inviolable» a la que el líder del PP se refiere no tiene otro alcance que el que cuadra a un mero subterfugio que permitiese evitar hacer públicas (es decir: que hiciese posible esconder) posiciones de Rajoy o de Arenas que los mismos interesados consideran inconveniente mostrar ante sus propios votantes. Pues en este sentido, ¿estima Rajoy que sus casi diez millones de votantes podrían, «en el nombre de la intimidad», considerar como una cantidad despreciable declaraciones como las del pasado sábado?

De hecho, el desfile del doce de octubre, del día de la Hispanidad, no es, como se sabe, exclusivamente la festividad principal de las Fuerzas Armadas españolas puesto que tal onomástica aparece también distinguida como la Fiesta nacional de España a la que tales Fuerzas Armadas representan; y ello por mucho que, en ocasiones, se quiera ver en nuestros ejércitos -incluso por parte de la ministra de Defensa, etc.- una suerte de mega-ONG que actuase en nombre de la humanidad o de la Paz Universal. Lo que el líder de la oposición ha expresado a micrófono cerrado, aun con la exculpación de González Pons aludiendo al deseo de Rajoy de quedarse el fin de semana con su familia, constituye sin duda un motivo de preocupación y decepción para millones de españoles. La “intimidad” no puede ser excusa.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA