Pareciera que el PSOE tuviera como rival electoral al Papa Benedicto XVI en lugar de a Mariano Rajoy.


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El PSOE ya no sabe qué hacer para ocultar la rebelión cívica que varios
sectores de la sociedad española han desencadenado contra su nefasta labor de gobierno. La última concentración del año 2007, en defensa de la familia y convocada por la Iglesia católica, ha desencadenado unas
críticas que, si no tomásemos como referencia los almanaques, nos
devolverían a los tiempos del anticlericalismo del siglo XIX o de la
idealizada II República. Pareciera que el PSOE tuviera como rival
electoral al Papa Benedicto XVI en lugar de a Mariano Rajoy.

Pero la ignorancia y estulticia del gobierno socialista de España no
conoce límites. Ignora que la Iglesia católica nunca ha pretendido
suplantar al poder político: al César lo que es del César y a Dios lo que
es de Dios, dijo Cristo. Por eso mismo, las groseras alusiones del
gobierno a las recientes beatificaciones de mártires, una constante en la
Historia de la Iglesia, o a la defensa genérica de la familia, que no
critica a ningún partido político concreto, demuestran que el PSOE es
mucho más clerical y preocupado por el catolicismo de lo que presume.
Tanto, que teme que una nueva rebelión cívica, como la de las víctimas del terrorismo, acabe pasándole la factura que merece su desgobierno.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA