Nunca nadie había intentado elevar su propia torpeza a asunto de alcance continental. Zapatero nos está dejando a la altura del betún.
Mientras el Gobierno lleva su “proceso de paz” ante el Parlamento Europeo para dar satisfacción a ETA, la propia ETA roba un arsenal en Francia. Ni siquiera un guionista de la oposición hubiera podido diseñar un contrasentido tan lacerante, tan humillante, como este varapalo que acaba de sufrir Zapatero y que da la medida exacta de dónde estamos: el Gobierno español se empeña en avalar ante las instituciones europeas a una partida de pistoleros. ¿Pistolas para la paz? Es un disparate descomunal.
Lo que ahora está en juego en Europa –y esto es lo peor de todo– no es sólo la credibilidad de un gabinete, ya bastante deteriorada por otros asuntos. Es el prestigio de la nación española en su conjunto lo que va a quedar en entredicho, pues nunca nadie había intentado elevar su propia torpeza a asunto de alcance continental. Zapatero nos está dejando a la altura del betún.