No debe pasar desapercibido el documento elaborado por la Conferencia Episcopal “Orientaciones morales sobre la actual situación de España”, avanzado hace pocos días, que enjuicia de manera muy clara la situación creada por las eventuales concesiones a ETA en el marco de la negociación emprendida por el Gobierno. Los obispos españoles han aprobado este documento por una amplia mayoría: 63 votos a favor, 6 en contra, 3 abstenciones y un voto nulo; no son frecuentes mayorías tan aplastantes en esta institución.
La posición episcopal puede sintetizarse en esta frase: “La justicia, fundamento indispensable de la convivencia, quedaría herida si los terroristas lograran total o parcialmente sus objetivos por medio de concesiones políticas que legitimaran falsamente el ejercicio del terror”. Además, el documento considera “objetivamente ilícita cualquier colaboración con los terroristas, con los que los apoyan, encubren o respaldan”. Es una posición irreprochable.
Por cierto que, en el mismo texto, los obispos españoles valoran “la unidad histórica, espiritual y cultural de España” como “un bien que ha de ser tratado con unos determinados criterios morales”. Esperemos que tan clara toma de posición sirva para deshacer ciertas brumas. Sobre todo en el ánimo de algunos (pocos) eclesiásticos.