No sólo estamos convocados a plantarle cara al terror y a la traición, sino también a un oscuro y ya cantado porvenir


Parece ineludible. Y es que auguramos otra vuelta a las andadas, si bien lo andado por Rodríguez Zapatero y su entorno ha sido siempre por el mismo camino: el de la rendición ante el separatismo y la traición a España. Un camino sinuoso, oculto desde la ruptura del pasado 5 de junio por la hojarasca verborreica de la “prudencia”, el “diálogo democrático” o la “firmeza del Gobierno” frente a la banda, una vez roto por ésta un pretendido “proceso de paz” que no ha significado otra cosa que más cesiones al terror y el definitivo rearme etarra. Por el contrario, el camino de las víctimas lo hace recto el dolor y la angustiosa conciencia de que sólo con medidas contundentes (léase vuelta al “Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo”) podremos salvar a España y nuestro ya deteriorado estado de derecho. Doloroso bastión de libertad y acicate de conciencias, la Asociación de Víctimas del Terrorismo se convierte así en voz premonitoria. No sólo estamos convocados a plantarle cara al terror y a la traición sino también a un oscuro y ya cantado porvenir: el que signos como un reciente informe policial indican que los contactos entre Gobierno y ETA siguen y seguirán siendo el pan de cada día; al menos, claro está, hasta los próximos comicios. Por eso, quizá, los negros nubarrones del sábado en Madrid no vengan sólo del cielo. Esta es la nota diferente -augural- de la manifestación de mañana y esta es, a fin de cuentas, una razón más para la urgente y masiva convocatoria de todos los ciudadanos a la que también -por supuesto- se suma la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA