La decisión de Su Alteza Real Felipe VI de no recibir a la Presidenta del Parlamento Catalán, Carmen Forcadell, tras el nombramiento del nuevo presidente autonómico, provoca la feliz autoexclusión de la secta separatista ERC en la primera ronda de contactos de la legislatura en la Nación Española


Rufian_Junqueras_Tarda.jpg

Con relativa normalidad, la legislatura que muchos denominan con notable pedantería «del tiempo nuevo» ha comenzado constituyéndose las Cortes con sus flamantes Presidentes, Francisco López en el Congreso y Pío García Escudero en el Senado. Esta misma semana, comenzará la ronda oficial de contactos del Rey Felipe VI para la designación de un candidato a la investidura como Presidente del Gobierno. La Agenda de la Casa Real señala este mismo lunes como el día de visita de diferentes grupos parlamentarios.

Sin embargo, uno de los grupos parlamentarios estará ausente; será ni más ni menos que ERC, que ha decidido autoexcluirse del protoloco. El motivo es muy claro y explícito: no les ha gustado nada que el Jefe del Estado haya declinado la presencia en el Palacio de la Zarzuela de la Presidenta del Parlamento Catalán, Carmen Forcadell, para que le comunicase el nombramiento del nuevo Presidente de la Generalidad, Carlos Puigdemont, pidiéndoles que se limitaran a hacerlo por medio escrito.

Tal parece que Su Alteza Real ha cambiado los hábitos de su padre, que delante nada menos que de un Presidente del Parlamento Catalán de ERC, Ernesto Benach, al que recibió un 17 de Diciembre de 2003 para precisamente comunicarle la investidura de un presidente autonómico catalán, y a quien le dijo aquella famosa frase, que provocó todo tipo de interpretaciones: «Hablando se entiende la gente». Parece que su hijo en esta ocasión ni siquiera pretende hablar en persona con los separatistas, harto de los continuos desplantes que la Corona ha sufrido por su culpa…

Así, una ERC que, gracias a la extraña generosidad del PSOE, que le ha cedido dos escaños, al igual que a otra secta separatista como la ahora denominada Democracia y Libertad [sic], para que ambas tengan grupo parlamentario propio en el Congreso, declina de su derecho a presentar a su candidato a la Presidencia del Gobierno de España, en este caso el novato en estas lídes Gabriel Rufián. Derecho desde luego absolutamente inmerecido, puesto que ¿tiene sentido alguno que un grupo sectario, declaradamente antiespañol y abiertamente sedicioso, tenga derecho a presentar ni más ni menos que un candidato a presidir una Nación que no reconoce? Ni siquiera merece poder presentarse a las elecciones de un país que pretende romper con sus artimañas abiertamente ilegales.

Quienes se admiraron al comprobar, en el año 2003, que el Rey de España y un representante de la misma secta separatista que ahora pretende (una vez más y van…) desairar al Jefe del Estado, podían dialogar y hablar pese a las posturas encontradas que parecían representar, ahora detestarán la negativa y cerrazón al diálogo que sostienen sus sucesores. Pero nada hay que lamentar ni exigir: ya iba siendo hora de que a los sediciosos se les pare los pies no sólo mediante los formalismos de los tribunales, sino negándose a reconocer públicamente a unos representantes de la Nación Española en la autonomía catalana que, por sus manifestaciones sediciosas y por lo tanto contrarias al buen gobierno de nuestra Nación, no son más que representantes de cartón piedra.

Por desgracia, el PSOE del escuálido Pedro Sánchez, en las horas más bajas de su existencia democrática, no ha tenido mejor ocurrencia que permitir a ERC y a la secta a extinguir que hasta hace poco lideraba el ya finado políticamente hablando Arturo Mas, disponer de representación en el Congreso de los Diputados como sendos grupos propios; esto es, les ha dado abiertamente alas para que sigan con sus actividades delictivas, pese a que luego, en un acto celebrado en Santander, afirmara con los micrófonos delante y con el cinismo propio de un sicofante cuya única aspiración es arrebatar la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, que el PP, con su defensa del orden constitucional (al que el propio Sánchez ha respaldado públicamente, no lo olvidemos) y su consecuente negativa a concederles más y más prebendas, es el verdadero catalizador de los separatistas.

Pedro Sánchez parece haber entrado hace tiempo en una verdadera espiral de locura política, donde los sediciosos tienen la razón y simplemente lo que hay que hacer es provocar la distensión mediante más cesiones; en este caso, en la forma de un «federalismo asimétrico» que Sánchez parece dispuesto a llevar a cabo si la aritmética se lo permite. ¿Acaso el líder socialista no percibe que la estrategia de ERC en el Congreso de los Diputados es la de seguir trabajando a favor de la denominada «desconexión» de Cataluña respecto a la Nación Española? ¿Así se defiende la Nación Española, Señor Sánchez?

Así, mientras que Felipe VI no se digne a recibir a la presidenta del Parlamento Autonómico Catalán o a su flamante Presidente, ERC declinará cualquier tipo de comparecencia en Zarzuela. No podemos sino celebrar este acto de decidida «coherencia» de esta secta separatista en bloque, rogándoles encarecidamente que continúen con su línea inaugurada de cara a esta semana y, en virtud de semejante «coherencia», que renuncien a sus actas de diputados, manchadas a sus ojos por ser actas de una nación opresora de la libertad de su fantasiosa nación catalana.

Sin embargo, bien sabemos que eso no sucederá, y que incluso es posible que se avengan a cualquier tipo de apaño o acuerdo con el PSOE, en pago a los servicios prestados por regalarles dos escaños para que puedan disponer, para escarnio de los españoles que tenemos que padecer esta pantomima en todas las legislaturas, de un grupo parlamentario propio desde el que seguir azuzando al odio y la desafección contra nuestra Nación. En esas lides el ya veterano y experto en el odio antiespañol, Juan Tardá, será acompañado de otros más noveles como el ya citado Rufían.

Desde la Fundación Denaes no consideramos que este intento de los sediciosos de tensar más la cuerda suponga una especial molestia. Al contrario: se agilizarán las reuniones previas a la investidura y no tendremos que soportar más gestos de desdén hacia el Jefe del Estado de nuestra querida Nación Española, que por fin ha dicho basta ante tantos atropellos y se niega a recibir a un parlamento y presidente autonómicos en Cataluña de carácter abiertamente sedicioso. Lamentamos sin embargo que cierto partido nacional, que cada vez lo es menos tanto en su masa electoral como en sus principios, haya tenido a bien envalentonar a los sediciosos mediante extrañas cesiones, quién sabe con qué fines.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.