Por el bien de España, por la dignidad de la nación y por el prestigio del Estado, el Gobierno debe salir de ese avispero en el que él solito se ha metido.


Las contorsiones que está haciendo el Gobierno al paso de su “proceso de paz” con ETA están causando un evidente escándalo en la opinión pública. Escándalo más que justificado, porque no es de recibo que el Gobierno de una nación niegue la evidencia de un robo masivo de armas, que conceda al terrorismo el privilegio de la exhibición en las instituciones europeas, que el presidente de ese Gobierno califique como “partidario de la paz” a un sanguinario asesino, que la Fiscalía del Estado tuerza el brazo de la ley hasta el punto de despertar una auténtica rebelión en amplios sectores de la judicatura. Se diría que España ha decidido suicidarse.

Son muchas las voces que en las últimas semanas han pedido al Gobierno que dé marcha atrás. Nosotros, que nunca hemos sido partidarios de este “proceso”, nos añadimos al coro: por el bien de España, por la dignidad de la nación y por el prestigio del Estado, el Gobierno debe salir de ese avispero en el que él solito se ha metido. Hay cosas más importantes que una victoria electoral o un premio Nobel de la paz.