Pese a los resultados obtenidos, las promesas electorales de Feijoo en materia de enseñanza del español aún no se han cumplido y están en el aire.


feijoo3.jpgAlberto Núñez Feijoo cifró gran parte de su éxito electoral en la promesa de que los padres gallegos elegirían la lengua en que habrían de recibir la enseñanza sus hijos. En una maniobra habitual ente los políticos españoles, don Alberto hizo suyas las reivindicaciones que una plataforma ciudadana, Galicia Bilingüe, había defendido en las calles.

Pues bien, Feijoo, el mismo que en su día defendiera «la doble nacionalidad, la doble cultura y la doble lengua» (sic) de los gallegos, a medida que se acercaban las fechas del comienzo escolar y, quizá sintiendo el vértigo de tener que afrontar la realización de sus propias promesas, no tuvo otra ocurrencia que plantear una innecesaria encuesta para que los progenitores se pronunciaran en torno a este asunto. El resultado no pudo ser más esclarecedor: los gallegos decidieron que es más útil para sus vástagos la lengua que empleó Cervantes, que la utilizada por Alfonso X en sus Cantigas… Toda una celebración de la democracia para los aquejados del síndrome del fundamentalismo democrático, una ceremonia absolutamente innecesaria si nos atenemos al texto constitucional que reproducimos en su artículo tercero:

1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.

3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Pero si lo citado ya es de por si grave, más grave es aún, constatar que a día de hoy, y pese a los resultados obtenidos, las promesas electorales de Feijoo en materia de enseñanza del español aún no se han cumplido y están en el aire.

Desde DENAES, conscientes de que luchar contra las íntimas convicciones de nuestros representantes, marcadas por su apego al neofeudalismo y la ambición de poder, no tenemos más que lamentar estos hechos y constatar que Feijoo no cumple.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA