¿Representa la consejería vasca de Educación la perspectiva del género humano como para permitirse hablar en nombre de «la humanidad»?


Bajo los auspicios de la consejería de educación del gobierno vasco y de la dirección de derechos humanos de este mismo gabinete autonómico (siendo, dicho sea de paso, ambas instituciones gestionadas por la misma fuerza política, a saber: EA) se ha dado a conocer el pasado sábado el nuevo «Plan de educación para la paz» que se llevará a efecto en las aulas del segundo ciclo de la ESO de la comunidad vasca a partir del próximo curso. Dicho plan, según lo advierten sus propios promotores, procurará la «deslegitimación radical del terrorismo de ETA» así como de «otras formas de violencia» entre la ciudadanía vasca a fin de poner las bases para que las «nuevas generaciones» de vascos «crezcan y se desarrollen en el respeto a los derechos fundamentales».

Difícilmente nos parece cabía esperar un ejemplo más diáfano de las consecuencias que lleva aparejada toda tentativa de «denunciar» o incluso «condenar» las actividades asesinas de la banda separatista ETA en razón de su incompatibilidad con los «derechos fundamentales» que el plan educativo del gobierno vasco sitúa en el centro de la cuestión, porque en ese caso ETA quedará descalificada efectivamente («deslegitimada») pero sólo a título de organización violenta a la que cupiera denunciar como ejecutora de «crímenes contra la humanidad» en iguales condiciones, pongamos por caso, a los asesinatos que pueda emprender un maníaco o una banda de atracadores.

Es más, cuando en efecto esta denuncia se lleva a término en nombre de los «derechos humanos» o de la «paz», entonces se hará forzoso reconocer que las operaciones violentas de los pistoleros secesionistas quedarán siempre situadas, y precisamente en virtud de su condición de «violentas», en un genérico pie de igualdad con «otras» violencias igualmente denunciables, y bajo un tal epígrafe, presuponemos, podrá ya colocarse, sin solución alguna de continuidad, la lucha antiterrorista por parte de las fuerzas de seguridad, la «dispersión» o las «ilegalizaciones de fuerzas políticas», entre otros «abusos» que los partidos políticos que sustentan el gobierno vasco llevan mucho tiempo denunciando con «tanta energía» o incluso todavía más que la que emplean en oponerse al terrorismo etarra.

Ahora bien, ¿atenta realmente, específicamente la ETA con sus crímenes, contra «la humanidad» tal y como el plan educativo de Ibarreche parece estar dando en todo momento por supuesto?, y en todo caso, ¿representa la consejería de educación del gobierno vasco la perspectiva del género humano como para permitirse hablar en su nombre? Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española no podemos menos que sospechar que justamente cuando la «especie» amenazada políticamente (España) queda de este modo terminantemente disuelta en el «género» (la humanidad), la «paz» que se dibuja como objetivo del plan que consideramos no puede en ningún caso ser otra cosa que la Pax aranista.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA