Curioso paisaje, el del socialismo español: entre separatistas y separadores, ese partido ha perdido cualquier concepto sensato de la nación.


A propósito de las muertes en acto de servicio de dos soldados españoles en Afganistán, el ex presidente extremeño Rodríguez Ibarra, hoy “icono pop”, ha lamentado que sólo vayan a las guerras “los de Madrid para abajo”. Es difícil ser más injusto, más demagógico. Es un perfecto ejemplo de cómo determinados líderes socialistas que gustan de envolverse en la bandera nacional –-mientras otros colegas suyos las esconden en el guardarropa– transforman la idea de España en un arma arrojadiza. Rodríguez Ibarra ofrece una imagen de España dividida entre un Sur patriótico y sacrificado y un Norte separatista e insolidario. Esto es, en primer lugar, mentira. Pero, además, es un perfecto ejemplo del tipo de discurso que interesa a los separatistas: el de los “separadores”, es decir, el de quienes no pierden ocasión para otorgarse patentes de españolidad y negárselas a los demás. Curioso paisaje, el del socialismo español: entre separatistas y separadores, ese partido ha perdido cualquier concepto sensato de la nación. El PSOE necesita una reflexión urgente.