Aquí hay muchos elementos problemáticos: la ambigua posición sobre la cuestión nacional de uno de los principales rostros de esta plataforma –Fernando Savater-…


La disidencia de la socialista Rosa Díez es un gesto lleno de valor personal: otros muchos socialistas piensan igualmente que la política de Zapatero está desgarrando la nación y, sin embargo, no se atreven a dar el paso. En ese sentido, lo de Rosa merece elogio. Otra cosa es el juicio que, en una perspectiva de medio plazo, merece el desenlace provisional de esta escisión de la izquierda vasca: la constitución de una plataforma-partido sobre la base del movimiento “Basta ya”. Aquí hay muchos elementos problemáticos: la transformación de un movimiento cívico en partido político, el incierto efecto sobre el electorado, la ambigua posición sobre la cuestión nacional de uno de los principales rostros de esta plataforma –Fernando Savater-, el posible daño que la nueva fuerza vaya a hacer al único partido que mantiene ahora posiciones constitucionales y nacionales, que es el PP. De momento, en cualquier caso, ha de juzgarse positivo que la cuestión nacional vuelva al primer plano de la escena. Hoy por hoy, es el principal problema de España. Si la nueva plataforma ayuda a resolverlo, bienvenida sea.