Desde la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación española celebramos la entrega de este merecido premio a José Antonio Ortega Lara y con él y con millones de españoles exigimos al Gobierno, por todos aquellos españoles que no murieron en vano, «Memoria, Dignidad y Justicia».
Con el movimiento de la Rebelión Cívica, frente a la política de entreguismo a la banda terrorista ETA, las víctimas del terrorismo acabaron con la injusta posición que hasta entonces habían ocupado en la vida política española.
Durante los «años de plomo», a cada español utilizado como moneda de cambio de la secesión del País Vasco se le negó interesadamente su condición política. Asesinados o supervivientes, su imagen pública se proyectaba tan sólo desde el punto de vista «humano»: el dolor de los familiares, los daños físicos recibidos, en fin, los atentados perpetrados a traición, parecían sucesos acaecidos sin un móvil preciso y conocido.
En el caso de José Antonio Ortega Lara, la banda terrorista ETA creyó en 1996 que su libertad podía intercambiarse por el acercamiento de los presos etarras al País Vasco. Pero el Gobierno resistió ante la amenaza y los fines de la banda se vieron frustrados cuando casi un año y medio más tarde el funcionario de prisiones fue encontrado por la Guardia Civil. Una semana más tarde de esta liberación, el 10 de julio de 1997, vino el secuestro de Miguel Ángel Blanco, y con su asesinato, un antes y un después para ETA y España.
Sin embargo no sería hasta que la banda encontró el momento oportuno con un Gobierno débil como el de Zapatero y dispuesto a convertirse en interlocutor de los asesinos, cuando las víctimas dejaron de ser simples víctimas para actuar en nombre de España. Las manifestaciones en contra de la negociación con ETA tuvieron a la nación como protagonista, y, ahora sí, el motivo por el que ETA venía actuando desde hacía décadas se gritaba a los cuatro vientos con una marea de banderas españolas inundando las calles. Con esta alianza de las víctimas y España, figuras como José Antonio Ortega Lara comenzaron a representar el poder frente a ETA del que el Gobierno había hecho cesación. Acorralados, los cómplices del terrorismo acusaron de «politización» a un movimiento cuya fuerza amenazaba su siniestro «proceso de paz».
Recordamos todo esto porque el reciente acto de entrega de los premios «Puerta del Recuerdo», otorgados por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Universidad San Pablo CEU, ha sido la ocasión para que José Antonio Ortega Lara vuelva a pronunciar esta verdad. Denunciando sin ambages la posibilidad de un nuevo pacto con ETA, su discurso señaló las amenazas contra España que hay que seguir combatiendo. Unas horas antes Ortega Lara había explicado en un programa radiofónico los motivos de su salida del Partido Popular. Motivos que no provenían de la emoción sino de un análisis racional de la deriva fragmentadora del PP. Tanto es así, que Ortega Lara justificó en la denominada «Cláusula Camps» su alejamiento del PP.
Desde la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación española celebramos la entrega de este merecido premio a José Antonio Ortega Lara y con él y con millones de españoles exigimos al Gobierno, por todos aquellos españoles que no murieron en vano, «Memoria, Dignidad y Justicia».
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA