Pero si todo esto no fuera de la mayor gravedad, causa estupefacción ver que ante semejantes amenazas, el partido en el Gobierno apela constantemente a, por un lado, el abracadabrante relativismo cultural, y por otro, a una Alianza de Civilizaciones cuyo mayor logro acaso sea el de haber dotado de un aspecto telúrico una cúpula.


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Mientras Bombay vive horas de convulsión debido a los ataques de terroristas islámicos, un nuevo video debido a un grupo talibán amenaza a la Nación española si ésta no retira sus tropas de suelo afgano. Las noticias, no por repetidas, ven disminuida su gravedad.

Es sabido que una gran parte del mundo islámico propugna la creación de un Califato bajo el cual se hallaría Bombay, pero también Córdoba y Al Andalus en su totalidad. La ley que los integrantes de la secta mahometana siguen para recubrir tan vastos territorios, no nos es desconocida en España. Se trata, ni más ni menos, que de reproducir los mecanismos seguidos por los extravagantes partidos secesionistas que el propio sistema político español nutre. El procedimiento para la reivindicación territorial consiste en hallar el momento histórico de mayor expansión de la nación o etnia aplastada por la cruel España. Los resultados no se hacen esperar. Así, brotan los Países Catalanes, Euskal Herria o Galiza… pero también Al Andalus, que precisamente integra en su seno a las fantasmagóricas naciones aludidas.

Pero si todo esto no fuera de la mayor gravedad, causa estupefacción ver que ante semejantes amenazas, el partido en el Gobierno apela constantemente a, por un lado, el abracadabrante relativismo cultural, y por otro, a una Alianza de Civilizaciones cuyo mayor logro acaso sea el de haber dotado de un aspecto telúrico una cúpula.

Los resultados de tan viscosa ideología cuyo único fin parece ser acceder al poder sea como sea, no se han hecho esperar. En política interna, el chantaje nacionalista se ha convertido en el común denominador. Ante lo cual, los partidos mayoritarios van «comprendiendo» a sus minúsculos socios, a los que cada vez se asemejan más. Por lo que respecta al mundo islámico, la apelación a la comprensión, que a menudo no es sino sumisión, ha provocado que la Junta Islámica haya pedido el voto para los socialdemócratas, cuestión de la que no tardará en tomar buena nota su partido opositor.

Y mientras esos mismos socialdemócratas, que en Semana Santa mutan en costaleros, se parapetan en el laicismo para profesar un ramplón anticlericalismo, y en las aulas españolas ha comenzado la retirada de crucifijos, en los comedores de esos mismos colegios se abre paso la más absurda superstición en forma de comida halal.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA