Es sorprendente, por no decir delirante, que en España haya ciudadanos que tengan como enemigo a su propio idioma, el español.
Es sorprendente, por no decir delirante, que en España haya ciudadanos que tengan como enemigo a su propio idioma, el español. Lo hemos vuelto a comprobar con una manifestación convocado por la plataforma «Queremos galego», el pasado domingo en la ciudad de Santiago que decía reivindicar «el derecho a vivir en gallego», lema que recordaba con un pésimo humor la manifestación contra la reforma de la Ley del aborto del sábado en Madrid.
Detrás de toda esta parafernalia se encuentran, claro está, el BNG y su cómplice el PSOE, los partidos que parecen no haber aceptado que la mayoría de los gallegos ya se manifestaron en las urnas contra su política lingüística. En cualquier caso, convocantes y convocados, imbuidos dela ideología del espiritualismo más peligroso, han creído que la lengua es la manifestación de su nación fraccionaria, haciendo de la defensa del gallego un ataque al español y a España.
«Defender el gallego», responderíamos a los manifestantes, exige explicitar qué o quién lo ataca, y sin que exista semejante «enemigo de la lengua» salvo el rechazo por parte de la mayoría de la población a unos proyectos legislativos de inmersión lingüística, los galleguistas toman por real lo que únicamente está en sus depredadores planes políticos, a saber, que Galicia sea una nación política. Pero estos planes, no por disparatados y dañinos, dejarán de cumplirse si no hay otros que se les enfrenten en sentido contrario.
Por cierto que la presencia en la manifestación del ministro de Justicia Caamaño dejó en evidencia a un gobernante cuya ideología le hace incapaz de ocupar con responsabilidad el cargo que ostenta.
Desde la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española alertamos del peligro que entraña la defensa de una lengua regional aliada del plan político de su conversión en lengua nacional, para que el Gobierno de Galicia haga frente al nacionalismo fraccionario con la contundencia que merece.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA