Las calles de Bilbao asistieron el sábado a la puesta de largo de la solidaridad secesionista vasco-catalana, bajo la forma de una suerte de «Rally humorístico»…
En la mañana del sábado, horas antes del partido «amistoso» que disputaron en Bilbao las selecciones «nacionales» de Catalunya y Euskal Herria (contra España naturalmente), tres representantes de los gobiernos autonómicos del País Vasco, Galicia y Cataluña daban donosamente a la luz, en la Catedral del fútbol español, y ante la mirada del presidente del Athletic Club Fernando García Macua, la llamada «Declaración de San Mamés»; en virtud de la cual Galeuzcat (es decir: José Luis Pérez Carod Rovira de ERC, Ángela Bugallo por el BNG y Miren Azcárate por el PNV) volvía a comprometerse con el fomento, a cargo suponemos de los presupuestos oficiales de tales gobiernos autónomos, de la participación de las respectivas selecciones deportivas de las naciones vascas, catalanas y gallegas en competiciones de ámbito internacional a fin, según se recoge en la tal declaración de «independencia deportiva», de que las referidas nacionalidades históricas puedan «ejercer plenamente sus competencias exclusivas» en lo que concierne al balompié. Una declaración en todo caso, que al decir del líder secesionista y vice-presidente de la comunidad autónoma de Cataluña José Luis Pérez (aquí y en la China popular) Carod Rovira, «no se firmaba contra nadie» y pretendía, al parecer, «huir de toda politización posible». Aunque ya se sabe que el «Barcelona es más que un club»… y también San Mamés es, según parece, «mucho más que un campo de fútbol».
De hecho, a pesar del cinismo de Carod (recuérdese: en tiempos firmante, aunque fuese a escondidas, de otro tipo de pactos con otra clase de interlocutores), a rebufo de la declaración de San Mamés recién firmada, las calles de Bilbao asistieron el sábado a la puesta de largo de la solidaridad secesionista vasco-catalana bajo la forma de una suerte de «Rally humorístico» amenizado por consignas -en modo alguno, suponemos, coreadas «en contra de nadie»- relativas a la «puta España» o vítores a los presos de la banda asesina ETA, etc. Es más: durante el transcurso del partido, y en presencia de Ibarreche, Arturo Mas y tutti quanti, miembros de ambas hinchadas «nacionales» llegaron al límite de quemar la bandera española sin que las fuerzas de seguridad hiciesen absolutamente nada por impedirlo.
Sin embargo, de lo que al parecer no se han podido dar cuenta en su ridícula cerrilidad estos individuos es de que la propia declaración de San Mamés, al igual que otros documentos de Galeuzcat, ha sido redactada y rubricada no precisamente en vasco, pero tampoco en catalán o gallego, sino justamente en la única lengua compartida por vascos, catalanes y gallegos, entre otros varios cientos de millones de personas: naturalmente, en lengua española , lengua por cierto en la que, suponemos que tendrán lugar también las deliberaciones democráticas entre las fuerzas secesionistas de Euskal Herria, de Catalunya o de Galizia o las reuniones de don José Luis Pérez Carod, representante de Esquerra Republicana de Catalunya, con don José Ternera, representante de Euzkadi Ta Askatasuna, &c.
Ahora bien: una vez denunciados tales hechos, que sin duda resultan enteramente intolerables desde la perspectiva de la soberanía nacional a la que tales sujetos se permiten amenazar constamente sin que nadie se atreva a pararles los pies, desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española tenemos que formular la siguiente pregunta que consideramos esencial en lo relativo a determinar la responsabilidad sobre este tipo de amenazas impunes: ¿qué partido político encabeza el gobierno autónomo de Cataluña en cuya representación José Luis Pérez firmó la declaración antiespañola de San Mamés?, ¿qué fuerza política preside el gobierno autónomo de Galicia cuya consejera de Cultura participó en la tenida bilbaína?, ¿qué partido ha sostenido y de hecho sostiene las cuentas públicas del gobierno de Ibarreche que, como no podía ser menos, reserva pingües partidas para fomentar este tipo de encuentros «internacionales» en nombre del mito de la cultura?. En el último día del año 2007, lo único que se nos ocurre preguntar, desde Fundación para la Defensa de la Nación Española, a los responsables de tal fuerza política española es ante todo lo siguiente: ¿estiman ustedes que estaremos todavía «mejor» dentro de un año?
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA