Los separatismos, crecidos; España, apática y neutralizada. Esta situación sólo tiene un culpable: el Gobierno Zapatero.
El organismo público catalán que se dedica al turismo ha incluido a España entre los países extranjeros invitados. El responsable del disparate ha dicho que se trata de un error, pero que, si por él fuera, así serían las cosas: Cataluña sería independiente y España, un país extranjero. Ese fulano, cargo público, ha dicho eso con toda tranquilidad. Y aquí no ha pasado nada. España, humillada, y ellos, a disfrutar.
Una cuestión de orden previo: ese individuo, en tanto que cargo público y/o sufragado por las administraciones públicas, ¿no está obligado a respetar la Constitución? Y si no él, ¿no lo está acaso el consejero correspondiente del gobierno autónomo catalán? Si así es, ¿a qué esperan la Generalidad y el Gobierno del Estado para exigir su dimisión?
Estamos en una situación asombrosa: los separatismos, crecidos; España, apática y neutralizada. Esta situación sólo tiene un culpable: el Gobierno Zapatero.