
No ha mucho que un mimado juntaletras de un periódico gratuito subvencionado por la Generalidad de Cataluña publicaba un artículo en catalán en el que hacía afirmaciones tan llenas de “seny” como que Andalucía, Bolivia, Ecuador, etc., eran «països [sic] de merda […]. Peró de merda, merda. Una gran merda, per deixar-ho clar», bajo el también elocuente título de “Països de merda”. Dichas declaraciones fueron denunciadas ante el juez por la Plataforma España y Libertad, y desde la Fundación DENAES albergamos la plena seguridad de que no quedarán impunes por la Justicia.
En la misma línea, pero con mejores formas, la ex-primera dama del Principado señora Ferrusola, vino a decir que “le molestaba mucho” que Cataluña estuviera gobernada por un charnego nacido en Andalucía, con nombre y apellido castellanos (refiriéndose, claro está, a José Montilla). El propio Manuel Chaves, sólo después de su triunfo electoral y el de su partido en Cataluña, tuvo un timidísimo asomo de dignidad y se atrevió a decir que las palabras de la buena señora “tienen algo de xenófobo”. Al parecer, tales declaraciones fueron tan inoportunas que forzaron a su marido, Jordi Pujol, a enmendarle la plana a su propia esposa en un escueto comunicado de prensa en el que decía que: «Siempre he dicho que éste es un hecho que habla muy positivamente de Cataluña y del presidente Montilla. De Cataluña, porque es una prueba de su actitud integradora, de su opción por una buena convivencia y del buen funcionamiento del ascensor social».
En dicha nota, aparte de las maneras de viejo zorro de la política en la que vemos cómo es capaz de pastorear a la “charnegada” y disponerla a favor de la causa nacional-catalanista (incluso por encima de su matrimonio), no deja de traslucirse tras el oropel de la modernidad y el cosmopolitismo de sus palabras los mismos prejuicios de su señora: «La nación étnica catalana es integradora. ¡Hasta permitimos que charnegos nos gobiernen!”
Pero ellos no integran nada, simplemente porque “ellos” no tiene referente. Es España, en cualquier caso, quien hace ya mucho tiempo que “integró” a todos los habitantes de su suelo.
El caso no deja de ser otro sorprendente hecho de lo bien que se esconden algunos de los verdaderos motivos de los nacionalismos, y que no dejan de ser una vergüenza para todos los españoles en el mismo sentido que decíamos hace unos días atrás: el racismo de muchos compatriotas.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA