Concluimos este editorial expresando nuestro deseo, políticamente incorrecto, claro está, de que este renacer mahometano nunca se produzca en España, pues sólo vislumbramos una finalidad al éxito de tal proceso, la realización literal del Islam, es decir: el sometimiento.

Continúa el culebrón somalí. Esta semana, los nuevos episodios de este rocambolesco secuestro, nos ha dejado la visionaria aparición del Presidente del Gobierno, junto con la de su escudero Caamaño, quien, sin rebozo alguno, ha sugerido la aplicación adecuacionista –a los intereses propagandísticos de su partido, naturalmente- de la ley o lo que es lo mismo, el delito. Si todo esto fuera poco, la Ministra de la Guerra, Carmen Chacón, ha reaparecido ante las cámaras para, en su habitual tono de plañidera pacifista, sugerir estrategias que corrijan su inicial desatino en este asunto.
Y mientras todo esto ocurría, hemos conocido la noticia de que un nuevo partido, Partido Renacimiento y Unión de España (PRUNE), concurrirá a las siguientes elecciones municipales.
El nombre de este grupo no es baladí, Renacimiento fue el término con el cual se denominó un periodo histórico en el que Europa pretendía regresar al clasicismo de Roma y Grecia, creyendo hallar en estas civilizaciones, un momento cimero en el cual reflejarse.
PRUNE trata, no hay duda de ello, de recuperar las esencias perdidas de la mitificada Al Andalus, territorio en el cual los islamistas sitúan su esplendor político y cultural, oscuro mito este último que no hace distingos entre los partidarios de la cruz y los de la media luna.
Renacimiento y Unión, partido reaccionario por más que la autoproclamada izquierda lo vea como un potencial aliado, constituye, a juicio de DENAES, una amenaza formal contra España. Una amenaza que no lo es en tanto que partido portador de una fe que pudiera superponerse a otra –no es la defensa del catolicismo el propósito de nuestra Fundación– sino en lo que tiene de amenaza contra la sociedad política denominada España, incompatible con muchos preceptos del Islam, asunto al que hemos de añadir el incontrovertible hecho de que la propia construcción de nuestra nación histórica, precedente de la política, se hizo a la contra de este Islam que ahora se presenta con altas dosis de edulcorante ideológico. La amenaza que supone este partido es explícita, pues. En este sentido, el lector, si desea abundar en este asunto, no tiene más que leer el magnífico artículo que hace unos años publicara Pedro Insua Rodríguez con el título «España en Babia», donde se aportan pruebas del alcance de estas referidas amenazas y de la miopía de muchos de nuestros dirigentes.
Concluimos este editorial expresando nuestro deseo, políticamente incorrecto, claro está, de que este renacer mahometano nunca se produzca en España, pues sólo vislumbramos una finalidad al éxito de tal proceso, la realización literal del Islam, es decir: el sometimiento.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA